Soy la doctora D`Angelo, una de las mejores cirujanas del país. Amo mi profesión, ya mis hijos; ellos son los pilares de mi vida. Sin embargo, me siento vacía: la culpa de lo que me ha sucedido alimenta mis demonios arrastrándome al encierro. No logro encontrar la felicidad.
Hasta que un día, el destino me cruzó con su enigmática mirada y todo cambio. Nuestras vidas se volvieron un completo caos y finalmente pude ver que otro camino era posible.
¿Seré capaz de dejarme llevar por la pasión? ¿El amor finalmente sanará las heridas?
Soy Francesca y esta es mi historia.
La novela se distribuye en formato papel en Argentina, México y Amazon. En digital solo se vende en Amazon Kindle y esta disponible en Kindle Unlimited.
Las ventas son muy buenas. Es una historia que en lineas generales solo recibio buenos comentarios y una razonable acogida por los lectores. Al día de hoy se sigue vendiendo y sigo teniendo paginas leidas.
Capítulo 1
Mi día fue un completo desastre. Las cirugías que se complican dejando una pérdida y un vacío para esos seres queridos que buscan en uno ver a Dios, son inolvidables, devastadoras.
Hoy es uno de esos días en los cuales quiero ser invisible. Hace más de diez años que soy cirujana y cuando algo dentro del quirófano falla dejando una muerte, quiero desaparecer. Todo se vuelve oscuro, me siento derrotada.
Salgo de mi consultorio y me voy derecho a casa. Cuando llego, me asombra el silencio que hay, recorro todos los ambientes y nada. Me paro a pensar dónde estarán mis monstruitos. Justo en ese momento, escucho sus risas. Sigo ese maravilloso sonido que logra que mi día pase de ser negro a blanco. Me acerco y ahí están, jugando en la pileta. Cuando me ven, automáticamente corren a abrazarme.
Los portadores de esas manos mágicas son mis pequeños Amaia y Tomás. Mis mellizos de cinco años, dos terremotos que llenan esta casa de felicidad.
Levanto la vista y me encuentro con dos ojos azules que me observan llenos de enojo. ¡¡¡Cómo se parece a su padre!!!
—¿No hay un beso para mamá? —le digo a Bautista. Él se levanta y camina hacia mí. Cuando llega a mi lado, me quedo completamente absorta en su mirada. ¡Ay mi niño si supieras cuánto daría por borrar la tristeza de tus ojos!
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English
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Translation in progress.
Translated by Carla Fernandez
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