Tras la segunda guerra mundial el mundo se divide en cinco grandes bloques: el Tercer Imperio, englobando a la mayoría de los países europeos; el Eje Capitalista, constituido por Estados Unidos, Inglaterra, Rusia e Israel; el Reino Árabe, comprendido por Irak, Irán, Arabia Saudí y Egipto, al que se unió Marruecos; el Imperio Latino, formado por todos los países de América Latina con Cuba al frente; y la Dinastía Amarilla, constituida por China, Taiwán, Corea y Mongolia. Un agente secreto de España, en el Tercer Imperio, descubre una trama orquestada por las dictaduras autocráticas encaminada a exterminar a las poblaciones más desfavorecidas utilizando un potente virus denominado Ruboergo, mientras que el descubrimiento reciente de un invento oculto de los nazis, el Reactor de Bering, hace peligrar la paz mundial.
Genre: FICTION / Alternative HistoryPremio De Novela Corta Katharsis 2008, desde el momento de su publicación ha cosechado buenas ventas tanto en digital como en papel
Toda nuestra generación nos habíamos criado con el recuerdo del reactor de Bering. Un invento de los nazis, capaz de transportar cualquier objeto, o cualquier persona, de un lado a otro del planeta en apenas unos segundos. Esa historia formaba parte de los recuerdos de nuestra infancia, como lo fueron la Atlántida, el manuscrito de Voynich o los Templarios. Por eso, porque era una fantasía, nunca nos prohibieron que habláramos de ese ingenio, pero en cierta forma suponía suavizar lo que fueron los nazis. Tampoco nos prohibían leer, aunque sí que había libros prohibidos. Yo tenía uno de cabecera, que encontré en una basura de mi barrio un día que mi madre me envió a comprar el pan. Se trataba de La fuga de Logan, una novela distópica que planteaba una sociedad ficticia, donde para solventar el problema de la superpoblación, una máquina, denominada Pensador, vigilaba que nadie sobreviviera más allá de los 21 años. A todos los recién nacidos se les incrustaba una rosa de color blanco en la palma de la mano, y cada siete años cambiaba de color hasta adoptar el negro. Entonces, tenían que ir a un Palacio de Cristal, donde les inyectaban la muerte. Lo que más me fascinaba de esta novela, era que había un cuerpo de élite encargado de cazar y eliminar a los que se saltaban la fecha límite. A estos policías se les conocía como los Vigilantes. Toda mi adolescencia la pasé queriendo ser un Vigilante.
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English
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Already translated.
Translated by Talía García
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Portuguese
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Translated by Victor Franco
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