Baronte es un demonio que lleva pervirtiendo al hombre durante siglos. Adabel es un ángel de amor, empatía y piedad. Nami es una muchacha china, huérfana y trabajadora, que solo tiene un Yucki, su abuela. Dassiel es el ángel guardián de Nami y hermano de confianza de Adabel, que no ha descubierto hasta que es demasiado tarde lo enamorado que está de su protegida. Estos personajes entrecruzarán sus vidas a causa de un milagro imposible: El latido del corazón, la salta estremecedor en el pecho del demonio al tropezar con Adabel en su lucha por un alma inocente, quedando preso de amor al descubrir su esencia.
Las trampas y los juegos entre el cielo y el infierno obligan a estos personajes a vivir situaciones extrañas y peligrosas, que culminan en una trampa mortal del infierno, siempre usando las manos de los hombres.
¿Qué hay más allá de todo esto? Tendrás que descubrirlo leyéndolo.
Ellos te irán en primera persona todo lo que se siente con sus sentidos, todo lo que abren sus sentimientos. Un amor que está por encima de toda consideración humana, divina o diabólica.
1ª Fase. La caía.
Baronte:
Pocas almas tan limpias quedaban como esta, y ya estoy saboreando su perfidia, aglomerando su espíritu durante todo ese tiempo, que se me fue resistiendo hasta pocos días atrás en que sufrió la desdicha del error humano, cayendo en el pecado de la soberbia al creerse mejor que todos ellos. Ahora su mano es mi mano. Y me alimento de su odio y de su ira, tan justificados por los golpes y las risas de unos cuantos idiotas, tan frustrados como él en esta vida. Saboreo cada aliento de sufrimiento que exhalan sus labios, mientras se adentra en la enorme prisión de almas donde habitan los más fieros desengaños; su colegio.
Se dirige a su aula de aprensión, a su pupitre de incomprensión, sentándose tranquilo en su silla de tormentos. Lo tiene muy asumido. Su desesperación ya tocó fondo y en su mente solo rige el pensamiento sugerido. La liberación de su dolor en todos ellos es la justicia de su pecado. Ahora él, será el único maestro.
Esperamos pacientes a que entren y se cierre la puerta, con la profesora despótica y apática. Aburrida de aguantar tantas estupideces de adolescentes que ya no hacen ninguna gracia, soltando el consagrado buenos días, sin ninguna gana de empezar, hasta verlos bien sentados y obedientes.
Le tiemblan las manos, lo noto en todo su ser, nervioso y prepotente, rebuscando en la mochila el cuchillo de cocina grande que cogió esta mañana de su casa. Casi lo tiene, y le susurro un suspiro de firmeza para afianzar sus ansias.
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English
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Already translated.
Translated by David Romero
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Author review: Buena comunicación. Un buena traducción, gracias por su trabajo. |
Portuguese
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Already translated.
Translated by Jordeana Santos
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Author review: Muy buen trabajo. Muy profesional. |