Un grupo de hombres poderosos —un alcalde, un presidente de Diputación, un fiscal, un juez, un comisario de la Policía Nacional y un teniente coronel de la Guardia Civil— se reúne una vez al mes en el chalé que posee en Guadalajara el regidor municipal. ¿El motivo? Algo en apariencia tan inocente como un club de lectura: charlar sobre una novela negra que acuerdan leer... Sin embargo, días después de la primera reunión, el autor del libro fallece en un accidente de tráfico. La viuda del escritor desconfía de la «versión oficial» y contrata a un detective privado, que también muere de forma extraña. La amistad de Sonia Ruiz y Pau con su colega investigador les empujará a indagar en el caso. ¿Quiénes son esos hombres que se reúnen? ¿Por qué falleció el autor de la novela? ¿Cómo se produjo el accidente del detective? Sus pesquisas comienzan por averiguar quién elige cada libro que lee ese «club de la élite».
Genre: FICTION / Mystery & Detective / Police ProceduralNovela destacada desde su publicación, formando parte de una saga donde participan autores de renombre.
Pau no podía apartar los ojos de la pantalla de su móvil. Y mientras que con la mano izquierda sostenía el volante del Nissan Micra, con la derecha aguantaba el teléfono con pericia. En una rampa del barrio de Salamanca, en la calle Jorge Juan, tuvo que cambiar de velocidad con gran dificultad, sin soltar el móvil de la mano. Con el vaivén se le cayó el teléfono en el asiento del copiloto y, al agacharse para recogerlo, sus ojos se clavaron en el letrero que indicaba el nombre de la calle.
—Calle de Claudio Coello —leyó en voz alta.
En ese momento le pareció un mal presagio pasar por allí, por esa calle. Aunque era lo suficientemente joven, tan solo tenía dieciocho años, como para no haber vivido épocas oscuras de España, sí que conocía que en esa calle asesinaron al entonces vicepresidente del Gobierno de Franco: el almirante Carrero Blanco.
Al llegar a la calle Príncipe de Vergara, viró situándose bien pegado al carril de la izquierda. En cuanto le fuera posible detendría el coche para poder llamar a Luis Miguel. O Luismi, como lo conocían todos sus amigos. Tenía que contactar con él. Había de contactar con él. Era una necesidad imperante que su amigo descolgara. Luismi le había estado enviando numerosos mensajes de WhatsApp durante toda esa mañana y él no le había respondido porque estuvo ocupado instalando el sistema operativo en el ordenador de un conocido. Eso es lo que tenía ser estudiante de Ingeniería en Computación e Informática: que todas tus amistades quieren que les repares los fallos de su ordenador.
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Translated by Lia Garcia
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