A veces, el amor nos rompe por dentro, convirtiendo nuestro corazón en piezas de un puzle que somos incapaces de volver a encajar hasta que aquella que faltaba, que parecía perdida, se presenta, entra en tu vida y, sin saber cómo, vuelves a estar completo.
Me llamo Daniel y aprendí lo que se siente cuando te estrujan el corazón y a la misma vez la felicidad gracias a Náyade, mi hija y mundo. Es por ello que el tiempo fue el único testigo de mis cicatrices, y cuando creí que volvería a caer, el amor me sostuvo para enseñarme, una vez más, a ser fuerte.
Mi historia es parte de la vida, y la vida no es un camino de rosas. También, para mí, fue un desorden de sucesos que a punto estuvo de destruirme, pues el infierno quiso quitarme lo que significa el amor de un padre.
Clasificación en los más vendidos de Amazon: nº58.147 en Tienda Kindle (Ver el Top 100 en Tienda Kindle)
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Eso es a día de hoy, en su lanzamiento se vendió bien logrando alcanzar los primeros puestos en sus categorías, pero no alcanzó el top 100 de Amazon, sin embargo tiene 102 reseñas y muchás por no decir el 95% muy positivas
Por fin llego a casa, después de pagar la carrera, abro la puerta y siento como si algo me parase los pies y no me dejase continuar, dejo el capazo en el suelo y echo un vistazo a mi casa. Los muebles de la entrada, el espejo que me devuelve la mirada, la estantería de sus libros, todos ordenados por géneros; el piano en el que le encantaba tocar, al lado del ventanal, con el libro de partituras abierto. Observo los cuadros y me doy cuenta de que en todos sale ella, y me da la impresión de que todos me miran a mí.
Un ruido de los que hacen los bebés me saca de mi letargo, cojo el capazo y lo llevo a la habitación, saco a mi hija de él y la acuesto en la cuna, me quedo mirando cómo me devuelve la mirada y cómo mueve sus manos llevándoselas a la boca.
Cojo el móvil y llamo a mi mujer solamente para escuchar la voz del contestador. La primera vez mi corazón reconoce su voz y es como si latiese más fuerte, las siguientes veces ya late igual, pero aun así, sigo llamando una y otra vez mientras observo a mi hija.
—Estamos los dos solos. Mamá nos ha dejado.
Espero que me conteste, pero sé que no lo va hacer, es un recién nacido. Por lo que sigo hablando.
—Yo no sé cómo hacer esto, Naia. Yo entiendo de corazones, sé cómo funcionan, sé arreglarlos, pero no sé hacer de madre y de padre a la vez.
Dejo el móvil a un lado, cojo a Naia en brazos y paseo por la casa.
—Pero te prometo que lo voy a intentar, cometeré errores, pero mejoraré, quiero ser un buen padre para ti.
Incomprensiblemente, cuando me doy cuenta, se ha dormido, sonrío y vuelvo a la habitación.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Nicolay Munayco
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