Han pasado varios años desde que Amelia llegó a San Diego, donde vio cumplido su sueño de
convertirse en hija de Silvia y hermana de Naia.
Ahora, una vez superados los traumas del pasado debe hacer frente a un nuevo reto de la vida: la universidad.
Decepcionada al descubrir que no es oro todo lo que reluce, decide huir del fuerte acoso al que es sometida y es entonces cuando da comienzo un cúmulo de situaciones que pondrán su vida patas arriba en más de una ocasión.
¿Conseguirá Amelia superarse una vez más asentarse y lograr vivir como una chica de su edad?
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Esta segunda parte se esperaba mucho, al principio se leyó mucho en Amazon, pero apenas se compró, quizá no era buena época
Abro la puerta y me le encuentro como siempre, sentado en una silla jugando al World Of Warcraft, a veces pienso que, de tanto jugar, le va a cambiar el color de piel.
—Lok´tar Ogar, camarada. ¿Cuál es tu destino? —le pregunto usando una frase del mismo juego.
—¡Ey! Mi chica favorita. Estoy haciendo una HC, pero el puñetero healer no sabe curar, tía. No te habrás traído el portátil, ¿verdad?
—¿Qué quieres, que te cure mientras veo como fardas tanqueandote a todo bicho viviente? Además, mi portátil nunca sale del coche, deberías saberlo.
—¡Pues claro! Si nos curas la siguiente, el viernes acepto ver Mujercitas. Pero la de Emma Watson.
—Acabáramos… O sea, ¿quieres que te cure y a cambio pretendes ver una película que quiero ver, solo porque pierdes los calzones por la bruja?
—Mirándolo de esa manera… ¡Joder! Este puto gilipollas no sabe curar, coño.
Sin poder evitarlo, comienzo a reír, y me cuelgo cual koala de su cuello.
—Te costará más que una película. Una tarde de compras.
—Ah, no. Eso sí que no. La última vez que fuimos, me hiciste llevar al coche ocho bolsas de ropa.
—¡Es que tengo mucha familia! Además, cinco eran para Samantha, la hija de mi hermana.
—¡Pero si solo tenía seis meses!
—Puessss clarooo —digo exagerando la pronunciación como hace mi tía Asun—. Los niños crecen muy deprisa y se manchan mucho.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Nicolay Munayco
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