¿Que si me acuerdo de McKenna? ¡Como para no acordarme!
Él es el responsable de que me pirren los pelirrojos y todo lo relacionado con
Escocia. Fue mi primer amor cuando solo tenía dieciséis años, y eso nunca se olvida.
¿Acaso vosotros habéis podido hacerlo? Porque yo no.
Me rompió el corazón en mil pedacitos, y ahora, a una semana de la boda de una
de mis mejores amigas, me entero de que no solo está invitado, sino que además es el
padrino del novio.
Menos mal que la semana pasada me hice con un calendario de esos de frases
motivadoras, para poner un poco de cordura en mi vida (ya sabéis a qué me refiero);
solo espero que la que me ha tocado hoy no sea cierta:
«Nunca digas nunca; la vida tiene formas muy divertidas de demostrar que nos
equivocamos».
¿Te acuerdas de McKenna? estuvo durante casi dos meses entre los diez primeros puestos en Amazon. En la actualidad sigue entre los cien primeros.
Tiene casi cien comentarios, la mayoría favorables.
Tengo un capítulo extra que he estado regalando como bonus pero que se puede incluir tranquilamente en el libro.
Entonces en mi mente resuena la voz de Merce: «No mires hacia atrás, tú no vas en esa dirección». Y con un movimiento brusco, me escabullo entre él y el coche. Me da tiempo a ver como McKenna besa la puerta justo donde hace cinco segundos estaba mi cara y me entra la risa tonta.
Myles menea la cabeza. No está enfadado; sonríe.
—Supongo que me lo merezco por haber dejado escapar la oportunidad.
—¡Correcto! —contesto, pagada de mí misma.
—Está bien, aunque creo que deberíamos ser amigos, al menos. La salud mental de Félix y Claudia lo agradecerá.
—¡Uf! No me recuerdes lo cobardes que han sido, por favor. Lo que debéis de haberos reído a mi costa.
—No, te equivocas —me dice, poniéndose muy serio—. Nunca nadie ha mencionado el motivo por el que no venías a cenar con nosotros. Lo he tenido que deducir yo solito con un comentario pillado por aquí y otro por allá.
—Dicho así, la verdad es que mi comportamiento suena bastante infantil. —Arrugo la nariz.
Él se ríe, pero sin mucha alegría.
—Al principio me pareció una gilipollez que siguieras enfadada conmigo, la verdad, pero ahora hasta me parece gracioso.
Le doy un golpe en el brazo y lo miro con los ojos entrecerrados.
—Pero qué creído te lo tienes.
Eleva los hombros levemente.
—He visto cómo me miras —me dice mientras se dirige al coche—. Este kilt te vuelve loca.
Le saco la lengua, pero yo también me estoy riendo.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Lara Muscat
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Italian
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Already translated.
Translated by Martina Petrini
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Author review: Estoy muy contenta con el trabajo de Martina. La comunicación con ella ha sido fluida y no ha tardado nada en traducir el libro. Seguro que volveré a reclamar su ayuda para próximas traducciones. |