Reine, islas Lofoten, Noruega. A ese precioso pueblo es al que llega Camila, huyendo del hombre que le ha puesto precio a su cabeza. Debe pasar desapercibida, fingir ser quien no es, ni lo que es. Nadie puede sospechar nada. Está preparada para eso, pero para lo que no está preparada es para él y para todo lo que despierta en ella. Su corazón y su mente lucharán por tener la razón, mientras debe seguir escondiéndose y protegiéndose, a ella y a los que ama. Y si eso significa matar, Camila no dudará ni fallará.
Ragnar se ha acostumbrado a vivir en un dolor permanente y constante. Está tan acostumbrado a ello que, cuando Camila aparece y resquebraja los cimientos sobre los que ha asentado su vida, empieza a detestarla. Pero descubre que en realidad se está enamorando de esa mujer que no sabe descifrar. A ratos menuda y frágil, por momentos fuerte e inquebrantable. Tal vez solo ella sea capaz de sanar las heridas del corazón y el alma de Ragnar. Pero, ¿a qué precio?
Esta novela salió a la venta el día 19 de abril y en solo una semana se han vendido más de 150 ejemplares y la gente me manda mensajes diciendo que les ha encantado esta historia.
Camila se arrebujó debajo de su abrigo de plumas. Para ella, hacía frío. Miró al exterior, tratando de apreciar el paisaje que se abría ante sus ojos. Una hermosa y plácida bahía se vislumbraba al frente, donde pequeñas casas de pescadores, muchas de color rojo, descansaban a la orilla del mar. Algunas de ellas tenían el tejado cubierto de hierba. El agua era tan cristalina que parecía un espejo, donde las casas mostraban su sencillez y hermosura. De fondo, las montañas con nieves perpetuas en sus cimas, le daban la bienvenida a cualquier visitante que quisiera perderse en aquel precioso pueblo de apenas trescientos habitantes llamado Reine y considerado el más bonito de Noruega en la década de los setenta. El paisaje era hermoso, aunque Camila no lo podía apreciar. Su mente estaba concentrada en esa nueva vida que debía construir para poder mantenerse a salvo del hombre que le había puesto precio a su cabeza.
El pequeño barco que la traía atracó en uno de los muelles. El capitán de la embarcación le avisó de que habían llegado. Ella se puso el gorro de lana que había comprado en Oslo y cogió sus dos bolsas y la maleta. El equipaje era bastante pesado para el tamaño de Camila, pero no se quejó. Dejó que el capitán la ayudara a bajar sus bártulos y se encaminó hacia la dirección que tenía anotada en un papelito en el bolsillo de su chaquetón.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Sandra Claros
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German
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