Cristina tiene que comprarse un vestido para la boda de su hermana, pero tiene un problema: debido a su sobrepeso odia la ropa y, muy especialmente, los probadores de las tiendas. Sin embargo, no le queda más remedio que seguir probándose vestidos… ¿o no? Con la excusa de perder unos kilos, decide librarse de la tortura que para ella son las compras, sin esperar que su hermana va a tomarla en serio y la va a obligar a hacer dieta y ¡horror!, deporte. ¿Pero cómo va una chica como ella, de huesos grandes, de buen comer y alérgica al deporte, a adelgazar? No se lo cree nadie… Nadie salvo su hermana y Sergio, el ex de una amiga, que sorprendentemente se ofrece a ayudarla en su objetivo. Por caridad, claro, ¿o si no por qué va a echarle una mano alguien tan… tan… fuera de su liga? Cristina tendrá que aprender a quererse, aunque el camino no será nada fácil.
Genre: FICTION / Romance / GeneralMás de 1.000 copias vendidas en un mes para el idioma español. Entró en el TOP 100 general de Amazon.es el mismo día de su publicación.
Nota media de 4.06 en Goodreads. Y puntuación similar en Amazon.
Gran aceptación en el mercado americano, especialmente en la plataforma de Amazon.com.
1. Gorda, fea y hortera
Cristina odiaba las compras, odiaba la ropa y odiaba los espejos de los probadores por escupirle la verdad a la cara, por devolverle su reflejo tan de cerca.
Ella y la moda nunca se habían llevado bien. Prefería comprar la ropa a través de Internet solo por no tener que pasar en público por el mal trago de entrar en un probador, esa cápsula mortífera en la que apenas podía moverse.
Iba a matar a su madre y a su hermana por haberle tendido aquella trampa. Habían salido a comprar regalos para Reyes y al final habían acabado en una tienda de ropa a la que solía acudir su madre a comprar. Al principio todo había ido bien, pues solo su madre Manuela se había probado unos cuantos modelos, pero entonces María había descolgado un par de vestidos de la talla de su hermana y madre e hija se habían aliado para obligar a la pobre Cristina a meterse en el probador.
Y si comprar ropa ya le revolvía las tripas, probarse vestidos para la boda de su hermana era horrible, horripilante, espeluznante. Tendría pesadillas a partir de entonces si es que conseguía superar la depresión que le iba a provocar aquella tarde de compras.
Conseguir ropa juvenil de su talla se había simplificado en los últimos años ya que cada vez más tiendas tenían una sección de tallas grandes donde, si bien no había tanto surtido como en las tallas estándar, al menos sí podía conseguir ropa que no pareciera de abuela, pero es que su madre se había empeñado en ir a la tienda de una de sus amigas, que en opinión de Cristina tenía un gusto… de otra época, por decirlo de forma delicada.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Madeline Gabriela Lopez
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Italian
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Already translated.
Translated by Erika Cecchetto
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Author review: I'm very happy with Erika's job. She translated the book not only in time but in less time than expected and her translation is great. |
Portuguese
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Already translated.
Translated by C. E.
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