Una carta de amor escrita hace sesenta años. Un misionero recién salido del seminario. La llamada expectante de un anciano en su lecho de muerte. Amor, intriga, idealismo, espiritualidad, ciencia-ficción, todos estos elementos se combinan en Mogam, una narración que desde el fascinante escenario de la selvas tropicales de Sudamérica nos traslada a través de un misterioso viaje en el tiempo hasta sumergirnos en una hermosa, imprevisible, azarosa y eterna historia de amor.
Genre: FICTION / Action & AdventureSe ha vendido con facilidad, además debido a su impresionante final muchos lectores me han solicitado la segunda parte, cosa que está ha escrita.
Por primera vez sentía el calor del cuerpo de una mujer alrededor del mío, y en mi interior ardía el deseo de cerrar yo también los brazos y rodear con ellos el cuerpo de Mara en un abrazo apasionado. Aquello era nuevo para mí, durante toda mi vida sólo había tenido un deseo, el de amar y servir a Dios, y para ello me habían educado, siempre alejado del calor humano, haciendo de espejo reflector del calor de los demás para que a mí no me tocase, y así no mezclarme con los sentimientos humanos, para poder verlo desde otra perspectiva, siempre superior por mi condición de sacerdote. Pero en aquel momento todas esas convicciones estaban a punto de caer. El muro que con tanta habilidad había construido a mí alrededor se estaba resquebrajando, y a consecuencia de ello se estaba cayendo a pedazos y sus trozos convirtiéndose en polvo hasta desaparecer para siempre. Y con él, el orgulloso y soberbio sacerdote, el que por su gran orgullo y vanidad había elegido ese rincón perdido para sus fines particulares. Había escogido ese lugar especial por una razón primordial, porque ese era el sitio donde los demás habían fracasado, y así podría demostrar mi superioridad. Ese era el padre Carlos que había llegado, pero ahora, en su lugar acababa de surgir el hombre, el HOMBRE con mayúsculas, humilde y temeroso de Dios, pero al fin y al cabo un hombre, con sus grandes defectos y sus pequeñas virtudes, sin temor a impregnarse del olor de la humildad, sin temor a expresar sus sentimientos hacia los demás, sin temor a sentir el calor del amor de sus semejantes, sin temor a sentir el intenso amor hacia una mujer, y no por ello dejar de sentir un inmenso amor a Dios.