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¿Conoces el miedo?
Descubre trece misteriosas historias en las que pasarás miedo, reirás y te sorprenderás. Si te gustan las historias de misterio, suspense o terror psicológico, este libro es para ti.
Entre estas misteriosas historias podrás seguir las vivencias de personas comunes a las que les pasarán hechos realmente insólitos. Acompaña a los protagonistas a través del camino que tendrán que recorrer hasta descubrir la verdad de su pasado, presente o futuro.
Encuentra un tesoro oculto, investiga un asesinato o derrota a temibles adversarios. Fantasmas, psicópatas e incluso una superheroína, entre otros personajes peculiares, te esperan en este libro de relatos cortos. Atrévete a descubrir cada una de las misteriosas trece historias que te esperan.
Incluye una versión mejorada del relato La brisa del mar. En el cual una joven tendrá que hacer frente a una persona de su pasado.
n.° 4169 en Policíaca, negra y suspense (Tienda Kindle)
n.° 62 en eBooks de antologías de fantasía
n.° 181 en Antologías de misterio
Todo comenzó la noche del jueves. Llovía en toda la isla. No eran todavía las diez de la mañana, cuando cayó un relámpago delante de la casa de Héctor, un escritor de un diario de la parte de la isla donde vivía. Era una persona serie, no le atraían los misterios, al contrario que a su novia, Mamen.
No habían pasado dos minutos desde el primer relámpago, cuando estalló otro cortando una palmera al lado de la casa.
—Mamen, tengo ganas de que no llueva. Nadie sale de casa, nadie va a la ciudad. Estamos en verano, si no podemos ir a la playa ahora, ¿cuándo podremos ir?
—No tienes que estresarte —dijo Mamen con desgana.
—Mamen, llueve desde hace diez días y el sol no sale, aquí no puedo buscar noticias.
Llovía y llovía sin parar. La gente nada más salía de casa para comprar alimentos y ropa. Los bares parecían desiertos. Los había abiertos, mientras que otros preferían no abrir.
La ciudad donde residían Mamen y Héctor no era muy turística, a pesar de estar constituida en su mayoría por un paraje natural formado por una preciosa playa y por una selva gigante. El nombre de la ciudad era Leia, porque según un viejo mito una mujer con ese nombre escondió un tesoro en la isla. Además de Leia, la isla contaba con solo otra ciudad, que se llamaba Pablo, por San Pablo, el patrón. Pablo era todo lo contrario de Leia, siempre estaba llena de turistas, siempre daban ganas de ir a sus playas de aguas cristalinas.
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Italian
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Portuguese
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