En mitad del caos, Mika y Elena caminan por un mundo destrozado gracias a una lluvia de estrellas letal. Las hermanas han quedado separadas por kilómetros que ya no son fáciles de recorrer, y que comienzan a dominar las criaturas feroces que antes se creía que solo eran leyenda. Al mismo tiempo, unas espadas muy especiales están en las manos de un hombre que ni siquiera sabe lo que son y cuyo interés es buscar a su hija, secuestrada junto a otros niños supervivientes. Mientras tanto, los Hombres Santos continúan con su misión de encontrar a la única criatura que puede convertirse en el mal de todos los males, en el fin definitivo. Todos vagan por un mundo lleno de muertos en dónde los malditos imponen su ley.
Dos hermanas genéticamente muy especiales, zombis, hombres lobo, vampiros, un demonio en forma de serpiente, espadas mágicas y un fin común: sobrevivir y salvar al mundo de lo peor, que aún está por venir.
Genre: FICTION / Science Fiction / Apocalyptic & Post-ApocalypticAhora solo pensaba en llegar con vida a su casa y poder abrazar de nuevo a su familia. Estaba sucia, con la ropa destrozada y el pelo pegajoso. Jamás en toda su vida había estado tan cansada ni se había sentido tan miserable. Los dos días anteriores habían sido un infierno.
Prefería estar atenta a todo que recordar los rostros amigos que había dejado atrás encharcados en sangre. Ya no servía de nada llorar ni recriminarse haberles perdido en aquella locura.
El imbécil de David apenas era ahora un mal pesar. Cómo podía haber estado tan ciega. Era otra de las cosas que la hacían sentirse como una estúpida. Qué se podía esperar de un niño bien, criado a base de dinero y sin ningún valor humano real. La abandonó a las primeras de cambio y ni siquiera sabía dónde estaba, el muy cobarde. Ahora le parecía algo aberrante, la sola idea de compartir su vida con semejante espécimen. Pensar que, hasta hace solo unos días, seguía soñando con ser la madre de sus hijos, ahora le revolvía el estómago. Con total desprecio, las dejó a merced de los muertos para salvar su pellejo. Menos mal que los lobos aparecieron y pudieron salir corriendo de aquella monstruosidad. Escondiéndose y con cuidado, consiguieron salvarse las unas a las otras y salir de allí vivas. Solo pensaba en su familia y en las amigas que le quedaban en ese coche. Estaba atenta a la carretera cuando notó que el motor empezaba a hacer un ruido raro y el coche se fue parando.
«No puede ser, maldita sea mi suerte, se ha acabado el combustible», pensó, desesperada.