Thomas Sanders y Virginia Wallace quedaron unidos en el pasado por una apuesta, pero cada uno siguió su camino imaginando que lo sucedido no alteraría sus vidas.
Sin embargo, cinco años después se reencuentran en un remoto pueblo cerca de Texas. Durante este tiempo, Thomas ha intentado rehacerse de las secuelas que le produjo su ruptura matrimonial que lo llevó a la destrucción. Virginia, por su parte, observa cómo su mundo laboral se trunca y es apartada, sin poder remediarlo, a un lugar cuya existencia desconoce y donde se reencontrará con el hombre que la dejó marcada para siempre.
Con el paso de los días, las vivencias entre ellos se hacen más intensas, fuertes e íntimas. Todo el mundo cree que están hechos el uno para el otro salvo Virginia…
¿Podemos culpar al destino de todo lo que nos sucede en la vida o somos nosotros quienes actuamos inconscientemente hacia ese futuro que buscamos?
Genre: FICTION / Romance / ContemporaryEs un libro que siempre ha marchado muy bien. Lo publicó la editorial Zafiro (Planeta) en ebook y en español, yo tengo los derechos en todo lo demás y quiero que siga llegando a much@s letor@s.
Era la quinta vez que escuchaba el teléfono. Como las veces anteriores, iba a dejar que sonara. Sabía a quién encontraría al otro lado de la línea y no le apetecía hablar de algo que dejó zanjado la semana anterior. No quería perder el tiempo charlando sobre algo que no tenía solución. Todo había acabado. ¡Todo! Cogió los papeles dispersos sobre la mesa, volvió a echarles un vistazo y se levantó. Solo debía centrarse en la reunión que se celebraría cuando acudiera a la sala de juntas. No podía rendirse en el último momento y perder el proyecto en el que había trabajado durante dos años. Nada podía alterarla y ni mucho menos él. Abrió el cajón y sacó las gafas. Solo las utilizaba cuando deseaba ofrecer una apariencia formal y sensata. Con desgana se sacudió el pantalón y tras respirar hondo, salió de su despacho con la firme idea de regresar victoriosa.
―Buenos días, Virginia, ¿qué tal estás? ―le preguntó Estela uniéndose a ella en el pasillo.
―Buenos días, bien, como siempre ―respondió segura de sí misma.
―¿Nerviosa? ―continuó el interrogatorio.
―No. Sé que el proyecto es bueno y lucharé por él hasta quedarme sin uñas ―admitió firme.
―Te envidio, de verdad que lo hago. Si estuviera en tu lugar, me temblarían hasta las pestañas.