Lucena es un viaje interior hacia el porqué del exilio y es un camino moderno salpicado de diálogos, poemas, relatos y varias tramas argumentales, todo bajo la solemne sombra de un personaje que se llama Lucena y que tiene 1000 años. Un rico cosmos literario al servicio del hedonismo de quien desee aprender y disfrutar al mismo tiempo. Allí, en Elí Hoshaana. Dios nos salve - empezó la hegemonía del judaísmo en Sefarad y terminó la de Babilonia. Ciento cincuenta años de una ciudad judía, fuerte y próspera, la ciudad de la fe y del culto a Dios, de verdad no como hoy en día. La ciudad de mis antepasados y de los tuyos, una ciudad olvidada, ni tan importante ni dramática, ni Toledo ni Granada, pero entonces, en el siglo XI, era la ciudad de los judíos y nadie creía que pudiera ser una ciudad sin judíos.
Mois Benarroch nació en Tetuán, Marruecos en 1959. A los trece años emigra con sus padres a Israel y desde entonces vive en Jerusalén. Empieza a escribir poesía a los quince años, en Inglés, después en Hebreo, y finalmente en su lengua materna, el castellano. Publica sus primeros poemas en 1979. En los años 80 forma parte de varios grupos de vanguardia y edita la revista Marot. Su primer libro en hebreo aparece en 1994, titulado "Coplas del inmigrante". Publica también dos libros de cuentos, varios libros de poemas en Hebreo , Inglés y Español, y cuatro novelas. En el 2008 es galardonado con el premio del primer ministro en Israel.
En España ha publicado el poemario “Esquina en Tetuán” (Esquío, 2000) y en 2005 la novela “Lucena” (Lf ediciones). En el 2008 la editorial Destino publica la novela "En Las Puertas De Tánger". Y en el 2010 Escalera publica "Amor y Exilios".
Es también traductor profesional y ha traducido al hebreo la novela "Los aires dificiles" de Almudena Grandes, y cien poemas de Bukowski, así como parte de la obra de Edmond Jabes, entre otros muchos novelistas y poetas.
Una edición agotada en España, buenas criticas en prensa especializada y desde entonces se vende bien en Kindle y en POD.
La versión orginal fue escrita en hebreo, esta versión en español es una versión revisada y aprovada por el autor.
LA INQUISICIÓN
Isaac Benzimra estaba cansado, muy cansado. El trabajo, los niños, la mujer, la tensión en el banco, el coche nuevo, los pagos a plazos, la hipoteca y todo lo demás. Ahora tenía todo lo que siempre había querido tener: un gran chalet en las afueras de Ciudad de México, en uno de los barrios más prestigiosos de la ciudad, un Volvo nuevo (cambió el BMW), una mujer guapa tras dos operaciones de cirugía plástica que le dejaron los pechos como los de una jovencita de quince años, dos niños afortunados que estudiaban en un instituto, un bufete en el centro de la ciudad, en una palabra, todo. “Todo y nada” era la frase que resonaba en su cabeza sin cesar, día y noche, “todo y nada”. A veces se convertía en “todo es nada,” día y noche, en sueños, durante la conversación con un cliente, qué será de ti, Isaac, qué será de Isaac Benzimra, qué será de su vida, de su mujer, de sus hijos.
Quería abandonarlo todo, el trabajo, los hijos, la hipoteca, la amante, las furcias caras, los viajes a Miami, la ruleta en Las Vegas y la oficina en el quinto pino. Quería abandonarlo todo. Pero en lugar de esto, un día le dijo a su mujer: “Me voy de viaje a España, ya he encargado los billetes. El domingo, después de misa, volamos a Málaga, voy al país de mis antepasados, Melisa. Entiéndelo, necesito encontrar allí el sentido de mi vida, en Granada. En Lucena o en Granada, necesito comprender, me voy al país de donde vienen todas mis desgracias.”
Melisa le miró muy preocupa