«—Me llamo Árgoht Grandël y vengo de Meledel. No me llaméis brujo. Lo que yo hago no tiene nombre ni merece etiqueta. No acepto vasallaje ni me postro ante hombre o mujer alguna. Hago mi trabajo de forma rápida y limpia. Cuando haya cumplido mi cometido, recogeré mi pago y no me volveréis a ver. Jamás. Una vez haya terminado, no quiero agradecimientos. Con el pago estaremos en paz y no quedará entre nosotros deuda alguna. Éste soy yo y éstas son mis condiciones».
Una sombra ha sembrado de cadáveres la tranquila aldea de Pranthas. El rey Yurt decide recurrir a los servicios del polémico hechicero Árgoht Grandël para descubrir y erradicar aquello que ha dejado desierta esa parte de su reino. Pero lo que el mago se va a encontrar en Pranthas es muy distinto de lo que se esperaba y, sin desearlo, se ve involucrado en una aventura que afectará incluso a su Destino. Gracias a sus habilidades y ayudado por inesperados compañeros, deberá desvelar el manto de sombras y mentiras que parece ceñirse sobre el reino de Ereth.
Primera aventura del hechicero Árgoht Grandël, cuya búsqueda del Destino continúa en "La maldición de Hilena" y "La tierra negra. La senda del destino, libro 1" y "Adalid. La senda del destino, libro 2"
Genre: FICTION / Fantasy / GeneralPublicada en 2009, está a punto de cumplir una década de vida y sigue viva tanto en librerías como en Amazon, donde siempre está entre los 50 más vendidos de su categoría.
—Me llamo Árgoht Grandël y vengo de Meledel. No me llaméis brujo. Lo que yo hago no tiene nombre ni merece etiqueta. No acepto vasallaje ni me postro ante hombre o mujer alguna. Hago mi trabajo de forma rápida y limpia. Cuando haya cumplido mi cometido, recogeré mi pago y no me volveréis a ver. Jamás. Una vez haya terminado no quiero agradecimientos. Con el pago estaremos en paz y no quedará entre nosotros deuda alguna. Éste soy yo y éstas son mis condiciones.
Un silencio sepulcral siguió a estas palabras y Árgoht sintió cómo los ojos de los presentes se clavaban en él, penetrando su piel oscura. Paseó la vista entre ellos y descubrió gran diversidad de sentimientos en esas miradas. Aprensión, burla, respeto, miedo… Sus palabras habían cumplido su cometido. Nadie quedó indiferente a ellas.
En el enorme salón del trono ni una brisa de aire movía un solo cabello. Todos esperaban la respuesta del hombre sentado frente al extranjero. Era un hombre de aspecto altivo y orgulloso, aunque su rostro marcado de cicatrices daba pistas sobre un pasado más cercano al ejército que a la nobleza. Vestía ricas ropas, como cabía esperar de la persona que ocupaba el trono de Ereth, y una pequeña corona ceñía sus cabellos castaños.
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English
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Translated by Milton Yarzagaray
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Author review: Traductor muy serio. Cumplió los plazos escrupulosamente. Muy buena comunicación para los cambios y sugerencias. Muy recomendable. |
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Translated by elfriede vivas
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Translated by Vinicius Peixoto
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