“Helen mira a su alrededor y descubre una habitación vacía, sucia y hace tiempo olvidada. Pequeños arácnidos habían hecho de aquel su lugar de residencia, razón por la que, desde la comodidad ofrecida por sus telarañas, observan a la joven con manifiesto interés. Helen, inquieta, se remueve en la creciente penumbra y es entonces cuando se percata de que no está sola…”
Con el asesinato de Aaron Fellon Smith, el portero del Bar Kobla, el Inspector Moore y su joven compañero policía, Eddie, se ven envueltos en una investigación repleta de sorpresas en la que un pasado sepultado en el olvido se abre camino de forma inexorable.
Libro con cuatro valoraciones de cinco estrellas en Amazon.es y Amazon.com.
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-¡Ni se te ocurra levantarme la voz! –le advirtió Rose a su hija.
Helen, que no pensaba rendirse tan fácilmente, la miró con sarcasmo y esbozó una sonrisa desafiante. Luego, para dejar clara su postura, se cruzó de brazos.
-Yo hago lo que me da la gana –aseguró-. No eres quién para darme órdenes.
Llevaban más de diez minutos discutiendo y Rose estaba exasperada. Siempre había sido una mujer paciente, pero su hija de quince años podía llegar a ser de lo más insolente.
-Soy tu madre, ¿te enteras? Y créeme cuando te digo que sé lo que te conviene.
-¿Qué sabrás tú? –le espetó-. Eres una vieja amargada.
Rose no salía de su asombro.
-¿Qué me has llamado?
-Ya me has oído. –Helen se acercó a su madre hasta que apenas unos centímetros las separaron-. ¡Eres una vieja amargada!
-Retira eso ahora mismo.
-No me da la gana.
-Retíralo –insistió.
-¡Jamás!
Hacía un par de años desde que Rose y Carl, su exmarido, se divorciaron. No fue nada sencillo romper con él pues, al fin y al cabo, tras ellos había más de 20 años de matrimonio. Así que Rose, reacia a la separación, le había dado a Carl todas las oportunidades que un hombre puede necesitar para enmendarse. Pero fue en vano. Los años no lo hicieron cambiar.
Era en momentos como aquel cuando deseaba tener a un hombre a su lado. Una figura paterna que acallara los gritos de su hija adolescente.
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English
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Already translated.
Translated by Angela Fairbank
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Author review: ¡Fantástica traducción! Ángela ha hecho una traducción fabulosa, cumpliendo todos los plazos y manteniéndose continuamente en contacto durante toda la traducción. Algunos ejemplos que evidencian su gran trabajo son: - Just like every morning, Craig was waiting for Helen to walk to school. It was barely three hundred meters away, but he wasn’t going to miss the only opportunity he had all day to talk to her. Unfortunately, although they were in the same grade, they were in different classes. Craig was madly in love with the girl, and just walking by her side was an honor. - “Don’t even think about raising your voice to me!” Rose Anderson warned her daughter. Helen, not wanting to give up so easily, looked at her mother sarcastically and smiled defiantly. Then, to make her position clear, she crossed her arms. “I’ll do what I want,” she said. “You can’t order me around.” They’d been arguing for over ten minutes and Rose was exasperated. She had always been a patient woman, but her fifteen-year-old daughter tended to be extremely insolent. ¡Mil gracias, Angela! |
Portuguese
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Already translated.
Translated by Angela Gaia Vampre
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