La Esfera rinde tributo a la literatura de género gótico del siglo XIX británico.
La historia se desarrolla en St Andrews, Escocia. Eurídice está a punto de empezar la universidad, un momento que promete darle la libertad y felicidad que no ha tenido. En St Andrews está también Axel, ese chico especial... Debido a un accidente, Eurídice queda atrapada en un lugar fantasmagórico muy similar a St Andrews, pero todo ha perdido su color, las cosas y lugares están en blanco y negro, todo es antiguo y los seres que habitan allí son de madera y no tienen ojos. Con el tiempo, Eurídice se da cuenta de que está conviviendo con personajes literarios: Morgana, Sherlock Holmes, Drácula... Algo está poniendo en jaque a toda la creación literaria, varios personajes famososo han desaparecido (Romeo y Julieta, Dorian Gray, etc.).
Eurídice tendrá que ayudar a restablecer el orden en La Esfera, resolver el misterio, si quiere volver a su hogar. Poco a poco, a medida que conoce a los personajes, estos adquieren una apariencia más similar a la de los humanos.
La novela plantea la maduración de la protagonista de la mano de un misterio que mantiene a los lectores pegados a las páginas del libro de principio a fin.
Genre: FICTION / Fantasy / GeneralPubliqué La Esfera por primera vez en agosto de 2014. Inmediatamente se situó entre los primeros 5 puestos de su categoría (literatura juvenil/misterio). A partir de enero de este año las ventas no han sido tan espectaculares, pero sí son estables (todos los meses vende).
Todos los blogs literarios que reseñaron La Esfera han destacado su originalidad; es una novela que abandona los tópicos de la literatura juvenil, algo que las lectoras agradecen mucho. Tanto los comentarios en Amazon como en Goodreads reflejan una acogida magnífica.
Prefacio
Mercucio y Benvolio nunca habían visto nada igual. Tenían prohibido ir solos a la playa y, mucho más, acercarse a la orilla, donde el agua del mar acaricia la arena dejando un rastro de espuma. Sin embargo, la visión de aquel objeto mágico bien valía el riesgo de una buena reprimenda. Benvolio fue el primero en ver que la marea había arrastrado hasta la playa algo distinto a las conchas y algas que llegaban cada día. Fue entonces cuando se acercó a Mercucio durante el desayuno para decirle al oído:
–Termina pronto, tenemos algo importante que hacer.
Tras bajar corriendo la ladera que lleva hasta la playa de East Sands, los gemelos observaron absortos el insólito hallazgo. Mercucio concluyó con certeza que el regalo que había arrastrado el mar tenía forma de mujer. Benvolio, en cambio, pensaba que solo se trataba de una rama de contornos extraños.
–¡Es una chica! –dijo Mercucio–. Mira qué pelo tan largo tiene.
El viento movió ligeramente los hilos de algas que se habían adherido al cráneo de la recién llegada. Al fondo, el cielo gris plomizo se iba cubriendo de densas placas de nubes aplanadas que pendían sobre los niños. La playa estaba desierta.
–Fíjate bien –dijo Benvolio con la voz encogida por el miedo–. No es pelo, estúpido, son algas. –Pero si lleva vestido, mira –observó Mercucio tocando con un palo lo que parecía encaje raído.
Benvolio le arrebató el palo a su hermano y pinchó los hilachos que cubrían el extremo redondeado del objeto misterioso. Unos párpados terrosos se levantaron lentamente, dejando ver dos cuencas vacías y profundas.
