¿Quién no se sintió alguna vez al borde del colapso, de la tristeza o de la falta de paciencia?
Estas son las preguntas que inspiraron las historias de La carga invisible: una colección de diecinueve relatos que exploran el peso emocional y la sobrecarga psicológica que cada personaje arrastra sin saberlo. Estas cargas los llevarán a situaciones extremas tales como el ridículo, la soledad, la locura o, en algunos casos, la muerte. Son historias que hablan sobre el dolor.
Con un estilo claro y directo, Miguel Ángel Rupérez nos invita a adentrarnos en situaciones de vida donde la crudeza, la tragedia y la ironía juegan un papel fundamental. Sus relatos van al punto, sin rodeos, dejando siempre un espacio para la reflexión. Es un libro ideal para quienes disfrutan de la lectura breve, pero profunda.
La carga invisible no te dejará indiferente. La verdadera emoción nunca está en las palabras de las historias, sino en lo que despiertan dentro de cada lector.
Genre: FICTION / Short Stories (single author)El lanzamiento del libro ha sido a fines de noviembre de 2024, y ha tenido una acogida exitosa. La venta se hace por Amazon y por autor directo para las personas que viven en España. El precio del libro es de 13.95 euros.
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Sentados alrededor de la mesa, y con las pastas humeando en los platos, Manuel y Alicia se acomodan la servilleta en el regazo. Alicia se sirve una copa de vino y le ofrece a Manuel, quien acepta con una inclinación de cabeza. A Jorge, que todavía le cuelgan las piernas en la silla, la panza le hace un ruido parecido al croar de un sapo. Con la mirada fija y acuosa, como en pausa, un hilo de baba le cuelga espeso de la boca entreabierta y cae sobre la mesa; allí forma un desagradable charquito que se va acumulando y que acaba por desbordarse, derramando un nuevo filamento viscoso que pendula y le moja los pantalones. Los padres no lo miran y siguen enrollando los tallarines sobre la cuchara sopera. A los quince minutos, se levantan, satisfechos, y se van; en la mesa quedan dos copas de vino vacías, dos platos sucios con manchas de salsa, y otro plato lleno que ya no humea. Jorge despierta lentamente de su letargo; levanta despacio la mano derecha, sujeta el tenedor e intenta enredarle algunos fideos. La mayoría se sueltan en el plato y otros tantos acaban en el suelo. A las dos horas, con la cara enchastrada de salsa de tomate, el plato está casi vacío y el sapo deja de hacer ese ruido que le arañaba las entrañas. Antes de ir a dormir, pasa por el baño para lavarse.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Elii McGrew
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