¡Del autor de "Yo no estoy muerto" y "El último dinosaurio", llega la precuela de "Arlequín"! ¡Más fantasía, magia, suspense y realismo mágico!
Los lectores que han disfrutado de "Arlequín" descubrirán los orígenes de algunos de sus elementos más misteriosos. Los nuevos, podrán sumergirse en un mundo fascinante y lleno de intriga.
Sinopsis:
Todos saben que Drec Gutan está maldito desde que nació...
Sin nada que perder, Drec abandona su aldea en busca de un futuro mejor. Lleva una maleta cargada de sueños y va acompañado de Xion, un perro que apareció en su vida cuando más lo necesitaba.
Dejando atrás sus días de desdicha y tristeza, el joven busca cumplir dos deseos: el primero es construir un circo que ofrezca el espectáculo más grandioso; el segundo, la venganza.
Sin embargo, cuando la maldición parece disiparse y todo comienza a mejorar, ve cómo su sueño se apaga, a pesar de todo el esfuerzo. Por suerte o por desgracia, se encuentra con una extraña figura de madera un tanto peculiar... e inquietante.
De nuevo al límite, Drec Gutan libera al ser que habitaba en su interior, el mismo que siempre estuvo ahí, esperándolo. Quizá sea su salvación, pero también puede ser su condena, y todo lo que suceda será bajo el inquietante tintineo de unos cascabeles.
¿Qué vas a encontrar en "La Bestia de la Arena"?
Fantasía oscura, realismo mágico y misterio
El origen del Circo de Fantasía de Drec Gutan
Venganza, redención y la búsqueda de identidad
Lazos de amistad, el amor de los animales y la importancia de la familia
Una historia lleno de magia, locura y terror
Sumérgete en la atmósfera nostálgica del circo de antaño, con su esplendor y su decadencia. Siente la tensión de cada función, la emoción de los trucos imposibles y el inquietante sonido de unos cascabeles.
La función está a punto de comenzar… ¿te atreves a entrar?
Mientras el Pueblo del Bosque dormía, el Oráculo bullía de actividad. Los Seis Sumo Sacerdotes estaban reunidos junto a sus aprendices, esforzándose por descifrar los mensajes de los seis dioses. Cada dios tenía asignado un sacerdote, pero un único altavoz para todos, complicando la situación cuando sus voces se superponían.
Los elfos se movían de un lado a otro, apresurados. Anotaban y desechaban notas. Discutían y peleaban, debatían y compartían información. No descansaban. El tiempo apremiaba.
Después de una semana entera de esfuerzos, solo tenían un galimatías de notas sin descifrar y sus cabezas a punto de estallar. El suelo del Oráculo estaba cubierto de papeles arrugados, frascos de tinta volcados y plumas de escritura esparcidas. Algunos códices permanecían abiertos, con sus páginas manchadas por tinta y sudor, mostrando los restos del frenesí y el esfuerzo.
La luz de las antorchas titilaba, mecida por la suave brisa que se colaba por las ventanas abiertas, y creaba sombras sobre las estanterías repletas de libros y las paredes con grabados rúnicos. La calma del bosque contrastaba con la urgencia del Oráculo.
De repente, Niju se irguió con un trozo de papel en la mano alzado al aire. Estaba sudoroso por el esfuerzo y temblaba por la emoción.
—¡Lo tengo! —anunció, esperanzador.
El altavoz dejó de emitir sonido y la voz del elfo, plagada de seguridad, resonó en la sala.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Elii McGrew
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