MALDICIÓN EN LA SIXTINA. Un joven pintor madrileño se halla de viaje por Italia en busca del secreto mejor guardado de la escuela pictórica renacentista. Allí entrará en contacto de forma fortuita con uno de los genios más grandes de la Historia del Arte, Miguel Ángel Buonarroti. A raíz de ese encuentro su vida cambiará, ya nada será lo mismo. La influencia de “il divino” marcará desde ese instante su futuro.
La inquietante amenaza de un antiquísimo documento que encierra entre sus caracteres un oscuro y misterioso mensaje, capaz de transformar al mundo, marcará el punto de partida.
Tan solo un hombre tiene el poder de enfrentarse a la maldición del milenario manuscrito… ¡El Elegido!
Julio Castellanos, el joven pintor, será invitado de excepción de una extraña y escalofriante partida. Una partida contra poderosos oponentes que tiene un único precio… ¡la vida!
¿Te atreverías a jugar?
Es esta una novela donde la intriga y la aventura se entremezclan con la historia, en un continuo paseo a través del tiempo de mano de uno de los mayores genios de la humanidad Miguel Ángel Buonarroti.
Genre: FICTION / Action & AdventureEl Manuscrito de Michelangelo se ha mantenido durante varios meses en las listas del TOP 100 de Amazon, plataforma donde está en exclusiva. Aún hoy, después de 14 meses desde su publicación, sigue teniendo descargas casi diarias, sobre todo en España y países latinos, aunque también tiene mercado en países como Australia, Alemania, Francia o Italia, si bien, reducido a los lectores hispanoparlantes.
Respecto a las ventas contabiliza, hasta el momento, cerca del millar de ejemplares, entre descargas y lecturas. Es uno de mis libros que mayor acogida ha tenido entre los lectores, por eso quisiera darlo a conocer a posibles lectores de otras lenguas.
Choque de caracteres
Apenas si conseguía apartar la vista del reloj de pulsera. Eran las 10:24 y estaba citado para las 10:30 en las dependencias del ala oeste de los Museos Vaticanos. Enrico Stremboli, encargado directo de la restauración y conservación de la pinacoteca vaticana, lo había convocado hacía ya dos semanas para ese lunes 23 de abril. Perseguía esta entrevista desde hacía más de cuatro meses, y ahora, que por fin se la habían concedido, iba a llegar tarde a la cita.
El nerviosismo y la irritación consigo mismo iban en aumento con el acelerado paso de los minutos. Miró a través de la ventanilla del taxi que lo conducía hacia los estados pontificios. El confuso caos automovilístico, en el que se encontraba inmerso desde hacía un buen rato, impedía la normal circulación de cualquier vehículo; incluso las motos veían frenado su avance. De nada sirvieron los ruegos en un principio, convertidos en bruscas frases de nerviosa intransigencia, hasta pasar al callado insulto.
―¿No puede ir más rápido? Llegaré tarde a la entrevista.
―Me ne dispiace, signore, ma gia vede che è imposibile andare avanti.[1]
―¡Busque algún atajo! ―ordenó displicente, desesperado tras cinco minutos de irritante inmovilidad―. Métase por alguna vía menos transitada.
―Ma come volete che vada per un’altra strada?[1] ―protestó alterado de igual modo el taxista―. Non vede che è imposibile! Questi stranieri sonno tutti pazzi![2] ―murmuró entre dientes el enfadado conductor, sin dejar de observar por el retrovisor al nervioso pasajero