ADVERTENCIA:
Este relato contiene lenguaje explícito y situaciones que pueden resultar ofensivas para quien ose leerlas.
Soy un vampiro. Soy la sombra que los mortales temen en la oscuridad de la noche. Soy un ser errante, naufrago en el tiempo. Esta es la historia de mi vida como depredador de la sangre. Este es mi diario personal sobre lo que he vivido y sobre las experiencias de mi solitaria existencia.
Esta es la historia de cómo me convertí en un Guardia de Pazuzu.
Así es como empezó esta ancestral batalla contra los Descendientes de Lamashtu.
No le dejé terminar la frase. Me acerqué a ella, la besé con pasión, lamiendo el oscuro carmín que bañaba sus labios, mientras mordía con mis colmillos esos carnosos trozos de carne y succionaba su sangre en pequeñas gotas, que bajaban por mi garganta más refrescantes que lo que para vosotros puede ser una cerveza o una soda en una calurosa noche de verano.
Bajé mi lengua por su cuello y la mordí justo en la yugular, notando, acompasada y rítmicamente, cómo su pulso se aceleraba a cada sorbo que daba de su sangre. No la maté, es evidente, pero la dejé algo mareada, y, una vez terminada mi seducción, me aparté unos centímetros para mirarla a la cara. Vi el rímel de sus ojos roto en mil ríos oscuros, como los que surcaba Caronte para llevar a los muertos al Hades. Lloraba, gemía e intentaba suplicarme que no la matase. Me acerqué a sus oídos.
―No temas cariño, no te mataré ―le dije en un quedo susurro.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Edgar Emir Espinosa García
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