En las primeras décadas del siglo XXI la humanidad logra establecer comunicación con otros seres inteligentes.
Inofensivo en apariencia, el contacto deriva progresivamente en algo mucho más peligroso de lo que nadie jamás imaginó.
No será como habíamos esperado.
"Código estelar" aborda un tema estrella de la ciencia ficción con un planteamiento radicalmente original cuyo desarrollo y desenlace sorprenderán al lector, tanto al aficionado al género como al que simplemente busca un libro entretenido y adictivo.
En los primeros meses de venta "Código estelar" (se ha publicado en español muy recientemente, mayo 2016) se ha situado, y sigue aún permaneciendo, entre los primeros veinte puestos del ranking de novelas de ciencia ficción, acercándose rápidamente a la cifra del millar de ejemplares vendidos. Los comentarios de los lectores y las recomendaciones del libro permiten suponer que este ritmo de ventas se va a mantener en el tiempo. Las críticas de Amazon situan a esta novela con una nota media de 4,5 estrellas al igual que en Goodreads, recibiendo comentarios muy positivos de los lectores. El libro sigue siendo muy visible en rankings y páginas de aficionados a la ciencia ficción y es más que presumible que acabe conviertiéndose en un nuevo long-seller, como ya es "El hallazgo", otro libro del mismo autor.
Manley se incorporó del suelo sobre el que había permanecido tendido largo tiempo. Su cuerpo clamaba dolorido un descanso y un fuerte dolor de cabeza le advertía que había sido alcanzado por un objeto contundente. Sin embargo sobre el cansancio y el dolor se imponía una emoción con mucha más fuerza. Era miedo, puro miedo.
Un clamor apocalíptico, un retumbar sordo afectaba a todo cuanto le rodeaba.
La tierra vibraba en un terremoto interminable.
El polvo del cemento desmenuzado flotaba irreal en el aire, mientras las luces de su despacho iban y venían. En la semioscuridad Manley palpaba el suelo. Necesitaba imperiosamente localizar su portátil. Sus manos frágiles le parecían ancianas y torpes. Al fin dio con la funda de cuero que recubría el pequeño ordenador y miró en torno a sí. Parecía que todo estaba cambiado de lugar. Los muebles, arrinconados por los temblores, se amontonaban junto a la pared. Una estantería caída impedía acercarse siquiera a la puerta. Tironeó de la misma pero sus fuerzas eran escasas. Se sentía como un viejo decrépito. A duras penas, casi a cuatro patas, logró sortear el mueble caído, y a pesar de las vibraciones del suelo, se situó junto a la puerta.