Todo empezó con una mentira…
Cuando te vi por primera vez me enamoré de tu espíritu salvaje, de lo libre que eras y de lo que me hacías sentir. Pero todo era una mentira ¿no es cierto? Una más de las miles que dijimos. Era más fácil pretender e ignorar las señales. Era más sencillo escribirnos cartas y tomarnos de la mano. Pero ese fue mi error, supongo. Seguirte el juego.
Ahora no estás…
Un día simplemente te desvaneciste poniendo mi mundo de cabeza. No hay un solo lugar en el que no te hayan buscado, y nadie parece saber dónde estás. Desapareciste sin dejar rastro, y ahora todos me miran con sospecha porque, según ellos, nadie te conoce como yo.
Tu partida es un misterio para todos. Lo que ellos no saben es que hay un misterio aún más grande. Y ese eres tú.
Pero no te preocupes, Liv. Porque, sin importar lo que cueste, te voy a encontrar.
Genre: YOUNG ADULT FICTION / Thrillers & SuspenseTodas las personas guardan secretos. Algunos son inofensivos. Una omisión que se convirtió en una mentira, hasta que fue cobrando peso en la consciencia y transformándose en algo más. Algunos secretos son más oscuros, retorcidos y peligrosos. Todavía no sabía en qué categoría colocarla a ella, pero supongo que tampoco debería echarle la culpa. Al fin y al cabo Liv no era la única que ocultaba cosas. Yo también lo hago.
—¿En qué piensas?
El hombre frente a mí me observa con atención. Está en guardia, como si temiera que en algún momento fuera a explotar. Como si yo fuera una bomba o una sustancia inestable. Tal vez para él soy eso. El detective Sebastian Sawyer no parece ser un hombre paciente y, aunque no lo diga, sé que el tiempo está jugando en mi contra.
—En nada… —le respondo tratando de sonar casual, aunque en realidad estaba pensando en ella. En su cabello oscuro, en su mirada coqueta, en la calidez de sus manos cuando las tomaba entre las mías. En lo pequeña que se veía a mi lado. En lo frágil que parecía. Tan frágil como mi corazón. Un corazón que latía cada vez que la veía sonreír y que ahora es solo un peso muerto dentro de mi pecho. Ella no está, y yo sigo aquí. Atascado y confundido. Preguntándome qué será de ella, si estará bien, si volveré a verla.
«O por qué la gente me culpa».
El detective Sawyer se deja caer contra el respaldo de la silla y arquea una ceja. No se preocupa en ocultar cuánto le desagrado. Mi ropa, los tatuajes en mis brazos y mi cabello desordenado deben recordarle a todos los delincuentes juveniles que ha visto desfilar por la estación.
Language | Status |
---|---|
English
|
Already translated.
Translated by Lauren Critchley
|
Italian
|
Already translated.
Translated by Margaret Barbi
|
Portuguese
|
Translation in progress.
Translated by Susana Franco
|