EL PORQUÉ DE LA CREACIÓN DEL PUEBLO JUDÍO
La tarea trascendental del pueblo elegido. Las políticas de la Iglesia Católica. El fin del politeísmo
El pueblo elegido, ¿elegido para qué? Adán y Eva, ¿los primeros de la humanidad
o simplemente los primeros del pueblo hebreo? Los judíos, ¿fueron el ejército de Dios? Si hay un sólo Dios, ¿qué pasó con los otros dioses de la antigüedad? Jesús: ¿es Dios o un profeta? ¿Para qué un Mesías? ¿Llegó el Mesías? ¿De qué libera Jesús a la humanidad? La Biblia ¿de qué habla?Alberto Canen encontró respuestas a estas y otras preguntas que muchas veces nos han inquietado y que no hemos podido resolver. Al avanzar con el autor por los textos de la Biblia, el lector percibirá que ante sus ojos se devela una trama encerrada entre sus páginas. Sentirá la misma atracción y curiosidad que vive un detective mientras desentraña un misterio o un arqueólogo ante un descubrimiento. Al encontrar el hilo conductor de esta crónica sagrada, se atan cabos, se unen relatos, se buscan piezas para lograr entender una de las historias más conocidas y -tal vez- menos comprendidas de la Humanidad. En el texto se fusionan citas bíblicas con interpretaciones que surgen de manera espontánea y cautivante, por eso su lectura atrapa. Alberto Canen nos invita a realizar este descubrimiento. A través de una conversación con su hijo menor -en un estilo directo, sencillo y didáctico-,comparte de manera cómplice con el lector sus metódicas reflexiones y sus originales conclusiones.
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Al leerle el Antiguo Testamento a Lautaro me doy cuenta de la violencia permanente que hay en su relato. Siempre me pareció una narración dura y violenta, pero ahora, a través de sus ojos, los ojos de un niño de nueve años, me parece mucho más grave, al punto que voy leyendo y le voy contando con mis palabras lo que acontece, sólo si considero que puedo leerle el párrafo textualmente se lo leo tal cual está escrito.
No quiero que él se haga la idea de que Dios es malo, o violento. Aunque entiendo, que si se miran las acciones de Dios desde una perspectiva puramente humana, se pueda considerar que lo que este hace, sea simplemente violencia. Podemos pensarlo de esta ma-nera, Dios pinta un cuadro, con todas las ganas, todas las expectativas de que sea una obra de arte, pero con una salvedad, deja que parte de las pinceladas se pinten a sí mismas. Él no pinta todo el cuadro sino la base, y luego les da a los colores, a las pinceladas, el libre albe-drío, el famoso libre albedrío para que terminen la obra. Es allí donde queda claro que hay partes de ese cuadro que están quedando mal y empiezan a arruinar la pintura general, esas partes son borradas por Él para que no se extiendan por el lienzo arruinando todo el trabajo. Debemos recordar en todo momento - por ejemplo al leer sobre el diluvio -, que las almas no se pueden matar, las almas son inmortales . Dios les permite encarnar como personas y Dios las retira del juego si se han desviado del camino.
El pueblo elegido tiene, en algunos momentos, la función de corrector. Es él el encar-gado de borrar algunas de las pinceladas y también el responsable de dar las pautas para las próximas.
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English
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Already translated.
Translated by Robert Anderson
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Author review: Perfect |