Es imposible que no me conozcas, pero soy el contrabandista espacial más famoso de los ocho rincones del universo.
Me apodan Lance, aunque también soy conocido como el ladrón de estrellas. ¿Crees que no me he ganado mi fama? Entra en mi historia y comprueba por ti mismo qué hay de verdad y mentira en las leyendas que cuentan sobre mí en las tabernas de las estaciones espaciales.
Esta historia, mi historia, versa sobre una predicción del futuro y su relación con el destino, una tripulación haciendo frente al poder que regía el universo y, sobre todo, el intento de recuperar aquello que más amaba.
¿Quieres vivir una historia llena de aventuras, acción, intrigas, sorpresas y mucho mucho humor?
Genre: FICTION / Science Fiction / Space OperaEl libro ha llegado a ser el top 3 de su categoría "space opera" en ciencia ficción de Amazon.es. Es un libro que se vende todos los meses y la gente que lo lee tiene buena opinión de él (solo hay que observar los comentarios de amazon y goodreads). Es un long seller, con una puntuación de 3,8 en Amazon.es
—Tú, el de la mirada perdida, ¿quieres conocer tu futuro? —preguntó a mi lado una mujer en Gial, la lengua común del universo.
Era de la especie Onuwu, famosos en toda la galaxia. Una melena de color morado, a juego con sus ojos, le caía por los hombros.
—No, gracias. Yo soy el dueño de mi destino —respondí con sequedad.
—¿Has surcado el espacio lo suficiente para conocer el Don de nuestro pueblo?
—He visto cosas que jamás tus ojos podrán ver.
El orgullo de mi interior salió a defenderme de aquella Onuwu.
—Entonces sabrás que puedo ver tu futuro a través de tus manos. —La Onuwu dio un paso en nuestra dirección, pero tuvo que llevarse las manos a la cabeza para que el viento no destrozara su peinado.
—Ninguna Onuwu sabrá lo que me depara el destino —repliqué.En ese instante, Vortis se adelantó y le ofreció la palma de su mano.
—Yo sí quiero conocer mi futuro. —Su acción fue respondida con una mirada de desaprobación por mi parte.
—Adelante pues. —Acto seguido ambos se sentaron alrededor de una pequeña mesa y la Onuwu posó sus dedos en la palma de la mano de Vortis.
Los dedos le acariciaron cada milímetro de piel, recorriendo las finas líneas que le surcaban la mano a mi compañero. Cada pequeño roce dejaba un poco de pigmento de colores variados. Los ojos de la Onuwu estaban cerrados, como si estuviese visualizando una imagen mental.
—No puede ser… —dijo ella abriendo los ojos—. Tú…
Language | Status |
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English
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Already translated.
Translated by Elii McGrew
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German
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Translated by Zoran Ivanc
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Italian
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Translation in progress.
Translated by Marcella Mengocci
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Portuguese
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Translated by João Kviatkoski
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