Él es pecado y yo me convertiría en pecadora.
Una maldita vendetta destruiría lo que apenas construíamos.
Dos desconocidos jugando a amarse.La mafia es real, proviene desde del Imperio Romano, no son mitos la Cosa Nostra, La Camorra, La Sacra Corona Unita y La 'Ndrangueta existen en los bajos fondos de la hermosa Italia. Los mafiosos o "hombres de honor" como ellos se denominan, son distinguidos miembros de la sociedad. Ellos huyeron y llevaron sus raíces a los inmigrantes italianos de muchas partes del mundo, El Padrino es solo un ejemplo de lo que somos.
Moría por él.
Mataría por él.
Renunciaría a mi familia por él.La ley del silencio es lo único que me mantendrá con vida.
Versión con capítulos inéditos y bonus. Violencia explícita.
Fue best seller desde su primer día
Prólogo
ALESSANDRO LOMBARDO
Lo había visto todo en mi vida, había crecido en Sicilia en el seno de la Cosa Nostra. Mi padre fue un Don[1] que se había atrevido a asesinar al Capo di tutti capi[2], había traicionado a su amigo para quedarse como el Jefe Supremo de la organización. Mi papá era un monstruo, aquellas leyendas que se escuchan por las calles de Palermo eran ciertas, pero para mí era un héroe, un hombre de honor, yo lo admiraba.
Solo tenía catorce años cuando ya sabía manejar perfectamente un arma y matar a cualquier hombre con mis manos. Para eso había nacido, para ser como él, como mi padre. Soy, o fui el Sottocapo[3].
Cuando él estaba fuera de los confines de la ciudad, mandaba yo y me preparaban solo para una cosa, ser el sucesor. Mis ojos vieron pasar muchísimas guerras de poder, muchas veces pensé que no sobreviviríamos a ninguna.
Hasta que un día, La Camorra se infiltró con uno de sus socios en nuestra casa para enamorar a mi hermana y luego asesinarla. Un golpe maestro que nos destruiría. Muchas veces nos creemos tan invencibles que olvidamos que somos simples humanos; teníamos una vieja deuda que debíamos pagar por robarles territorio en el tráfico de drogas. Todo sucedió tan rápido, que ella pidió morir. Nuestro honor estaba manchado y ella prefería la muerte.
Lo vi todo, observé como la luz se apagaba en sus ojos, como su vida se extinguía, como me dejaba solo y perdido. El dolor de mi madre fue tan evidente que la llevó a la tumba, solo quedábamos mi hermano Maurizio, mi padre y yo.
Estaba harto de vivir siempre con la mirada encima de mi hombro imaginando que podían matarme, me sentía ahogado en una vida que ya no deseaba.
Language | Status |
---|---|
English
|
Translation in progress.
Translated by claude gomez
|
Italian
|
Already translated.
Translated by Mirna Nadia Scimonelli
|
Portuguese
|
Translation in progress.
Translated by Flavia Braga
|