Es una mujer madura, independiente, “responsable” y sus prioridades en la vida distan del “Se casaron, y vivieron felices para siempre”. Ahora se permite hacer cosas que años atrás no haría ni de broma; como el sexo en la primera cita.
Claro que ha dejado de hacer otras; irse de parranda tres días seguidos, ni de broma…
Le advirtieron que al llegar a los treintas, tendría que comenzar a usar cremas antiarrugas, su metabolismo se alentaría, la resaca duraría dos días, y tendría que lidiar con el terrible "señora", pero nadie le advirtió que un Pollito, le erizaría la piel…
Ella es Roberta, acompáñala en esta divertida y “madura” historia.
La novela se ha mantenido en los primeros puestos de ventas en amazon, en su genero comedia romantica.
Me encanta diciembre, es mi favorito, no es que el resto del año no tenga algo en que ocupar mi tiempo o a dónde salir, pero el último mes del año, mi agenda se llena por arte de magia y me encanta.
Además hay dinero extra, gracias al ansiado aguinaldo que ¡sí! Lo acepto, termina desapareciendo con los gastos que el fin del año implica; obsequios, ropa nueva que no puede faltar, la visita obligatoria a la estética, quizá algún viaje, pagar el seguro del auto y demás compromisos, pero ¡qué demonios!, para eso trabajo, para darme algunos gustos.
Afortunadamente mis finanzas están limpias, las tarjetas perfectamente controladas y gracias a que los benditos métodos anticonceptivos nunca me han fallado, puedo seguir despertándome los domingos hasta que mis intestinos se comen unos a otros, desayunar pizza fría, regresar a altas horas de la madrugada a casa y no preocuparme más que de mis gastos. No tener hijos, ha sido una de las mejores decisiones de mi corta y experimentada vida, entre más pasa el tiempo y observo a mis compañeras de género, lo sostengo, ¡benditas madres! ¡Qué chinga se llevan!, y es que nunca vuelven a dormir, desde las náuseas de los primeros meses de embarazo, pasando por los estresantes berrinches de los niños, las hormonas revoloteadas y calenturientas de los adolescentes, la fortuna que cuesta mantenerlos y educarlos, hasta que son adultos y siguen cometiendo estupideces. Tengo treinta y cuatro y mi madre continúa preocupándose por mí como cuando tenía quince, y eso que hace varios años me salí de casa, si me viera llegar con los rayos del sol asomándose y las zapatillas en la mano, se volvería loca.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Karol Ortega
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Italian
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Already translated.
Translated by Isabella Medolla
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Author review: Muy amable, excelente traducción y terminó antes de lo planeado. |
Portuguese
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Already translated.
Translated by Gisele Carara
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Author review: Satisfecha, terminó antes de lo acordado, amabilidad y profesionalismo. Respetó los saltos de página y capítulos, espero seguir trabajando con ella. |