Esta pequeña historia es el reflejo de lo mundano en que vivimos, pero estos tiempos no son singulares puesto que otras narrativas clásicas refieren a traiciones y maquinaciones entre los dioses y entre los humanos. El texto es un desahogo de cómo se traiciona a su “diosa” que lo atrajo y traicionó. Los personajes forman parte de lo imaginario de aquel que cuenta la historia y se arropan en la perfección otros protagonistas ya narrados en “Metamorfosis” de Ovidio, donde el narrador cuenta la traición de Afrodita a su marido Hefesto. Sin embargo, solo los nombres y la esencia del acto son los mismos, todo el resto no pasa de un lamento de la imaginación del autor de este cuento que discurre sobre una hipotética traición e infiere consecuencias.
La traición de Afrodita es un discurso transversal al camino del amor, más aún porque este es un amor interrumpido abruptamente cuando uno de los personajes descubre que ha sido traicionado, no solo físicamente y sobre todas las formas en que se puede ser traicionado. Falsas promesas, omisiones, intromisiones y hasta inferencias en temas sensibles que son del fuero del alma de cada uno.
Este cuento pretende ser un análisis introspectivo de la forma como las vivencias nos enseñan, como la confianza es fundamental para la estabilidad de las relaciones entre seres humanos y como las tentaciones nos cercan hoy día por todos lados. No hay aquí intención de ser puritano o chauvinista, por sobre todo, busca entender los sentidos y la forma como reaccionamos a los desaires y las consecuencias que de ello se derivan. Al mismo tiempo la historia intenta transcribir las emociones del personaje traicionado, de la forma como sus dolores, heridas o lastimaduras son trabajadas por él para que de la experimentación de este acto aprenda y continúe su camino.
Genre: FICTION / GeneralEl libro se vende bien, és un cuento que se lee muy rapido e con mucha profundidad.
Me mataste, no como se mata a un hombre, rasgándole el cuerpo sino como quien explota un alma.
Me mataste cuando cruzaste aquella tenue película que separa la imaginación de la realidad, cuando quisiste tomar tu cuerpo e imponérselo al mío.
Me mataste cuando te hiciste mujer, abandonaste tu pedestal y te encarnaste en aquel cuerpo que ya habitabas.
Nunca aceptaste la distancia, la ausencia de sangre, siempre fuiste carne y no energía, eso decías, te decías un espíritu y lo que realmente eras, mujer solo eso.
Me mataste sin tocar mi cuerpo, sofocaste mi imaginación, destruiste aquel espejismo que tenía de la Diosa que creías que vivía en ti.
A cambio de nada, viniste con la noche y me quitaste el suelo, la vida y la ilusión, como quien le roba a un niño su único juguete. A cambio de nada deshiciste tu propio hechizo.
¿Te pregunto si valieron los años de fascinación? ¿Toda la complicidad? Aquella profunda amistad que no tenía límites ni barreras, que era simplemente verdadera. Desprovista de condicionamientos. Nada valió la pena, porque en un acto de ignominia echaste por tierra un universo entero, todas las pócimas y coyunturas, todos aquellos días de aprendizaje y conocimientos que compartimos.
Cuando te conocí eras una luz pulsada, una reina, una Diosa encantada, de tus ojos nacían mundos y de tus labios escurrían melodías. Tu aura era pura, te corría por las venas la verdadera luz de esa inmaculada Madre que a todos nos guía. Yo veía en ti la fascinación, encontraba en ti la paz y el perdón que necesitaba para seguir soñando.
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Translated by Giulietta Zanga
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Author review: Excelente trabajo, gracias Giulietta. |
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