Cada día más, la gente busca los servicios de hechiceros, chamanes, adivinos o brujos de todo tipo.
Con este libro serás capaz de acceder al conocimiento de los vericuetos del intrincado mundo de la brujería, la magia y la hechicería.
Contiene instrucciones precisas de cómo practicar los rituales de la brujería afroamericana, indigenista - americana, celta, española y mexicana.
Con rituales del Candombé, el Chamanismo, la Santería, el Curanderismo y el Vudú, entre otros.
Asimismo, contiene una explicación detallada de la forma correcta de leer e interpretar las cartas del Tarot y de la baraja española.
Tú decides si quieres dedicarte a este mundo de manera profesional. Aquí tienes una oportunidad.
Pues bien, al otro día, comencé con mi trabajo. Realicé algunos de los rituales de magia negra más agresivos de cuantos se hablará en este libro. Asumí que aquella chica estaría preparada psicológicamente para lo que vendría. Y fue así. Rara vez me equivoco en estas cosas.
Resumo brevemente lo que pasó:
Seis meses después, Marcos y Marina se casaron con toda la parafernalia que suelen tener estos eventos. Para entonces, ya Marina estaba embarazada de cinco meses. Eso quiere decir, que la fecundación de la criatura se produjo un mes después de aquella consulta.
El niño nació cíclope, es decir, con un solo ojo en el centro de la cara. Vivió solo cinco minutos después de salir del vientre de su madre. No querían mostrárselo, como suele ser habitual, pero ante su brutal insistencia, lo hicieron. Quedó horrorizada.
Hay que decir también, que el padre estuvo presente en la sala de parto, y contempló, mudo, aquel feroz espectáculo de la naturaleza.
Dos meses después del parto, salieron de paseo con su coche la tarde de un domingo. Ambos estaban asistiendo a terapia psicológica para intentar superar el dolor sufrido. Conducía ella. Una camioneta cargada de ladrillos les chocó de frente. Los airbags no funcionaron. Ninguno de los dos. El volante quedó incrustado en el pecho de Marina durante unos instantes agónicos y desesperantes. Marcos logró tirar de ella para sacarla y lo logró, aunque solo para ver cómo se moría destrozada entre sus brazos, ahogada con su propia sangre.
La adrenalina del momento hizo que Marcos no se percatara de su propio estado, pero los que llegaban a ver y auxiliar en lo que pudieran, sí que lo hacían.