"Saltó. Nadie escuchó los gritos previos, pero sí el impacto de su cuerpo contra el pavimento. Allí estaban todos mirando su desmadejado cuerpo en el suelo. Un charco carmesí tiñó su ropa.
«Era tan buena» decían entre lágrimas frescas. «Se merecía el cielo», se lamentaban. Pero de su vida habían hecho un infierno. Ignorando sus gritos previos, anulando su esencia, censurando sus palabras. Ignorada en vida. “
No existe otra como Nebun… infeliz y traicionada por la vida; acompañada por la indiferencia y abandonada por quien la escuchaba. Inicia así su aventura hacia la libertad pero la desgracia la persigue y queda atrapada a mitad de camino. Sola, más sola que nunca antes. O quizás no tanto.
Por el momento, las ventas estan a un 33% del total de libros.
Al estar anclado a la ciudad autonoma de buenos aires, es muy dificil cubrir territorios por los costes de envio.
-I-
-El paraíso-
Saltó. Nadie escuchó los gritos previos, pero sí el impacto de su cuerpo contra el pavimento. Allí estaban todos mirando su desmadejado cuerpo en el suelo. Un charco carmesí tiñó su ropa.
«Era tan buena» decían entre lágrimas frescas. «Se merecía el cielo», se lamentaban. Pero de su vida habían hecho un infierno. Ignorando sus gritos previos, anulando su esencia y censurando sus palabras. Ignorada en vida.
A los tres días se preguntaban qué era la mancha de sangre en la calle. Al mes, la tumba estaba cubierta de yuyos. Para los diez años ya su nombre estaba olvidado.
Era tan buena, se merecía el cielo; quiso volar de su infierno y el pavimento abrazó sus entrañas y el frío de la indiferencia la arropó. Allí donde los yuyos crecían salvajes, donde nadie recordaba su nombre, Nebun sonreía, con la cara desfigurada y ya sin lágrimas en los ojos.
Cada noche, cuando el manto estelar cubría el firmamento, Nebun se levantaba y abandonaba de su lecho húmedo, y recorría el Camposanto. A veces, acompañada de las alimañas nocturnas, a veces sola con sus pensamientos. Pero siempre con una sonrisa en su desfigurado rostro. Siempre con la locura brillando en sus ojos velados. En poco tiempo había recorrido de palmo a palmo el cementerio, conocía cada tumba y nicho, se alegraba por las flores que decoraban las tumbas, y al mismo tiempo una punzada de dolor la recorría cuando se encontraba frente a alguna sepultura nueva. Su tumba yacía cubierta completamente por la salvaje vegetación.
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Translated by catia
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Author review: Idola. Super atenta, cada detalle de la traduccion es perfecto, te agradezco mucho!!! Muchos exitos! |
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Translated by Elizane Lunardon
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Author review: Asombrosa!. En menos tiempo de lo estipulado. Un trabajo muy bien logrado y detallado! |