El vendedor de ideas es una persona que se dedica al estudio y análisis minucioso de las conductas y necesidades humanas para utilizarlas en su provecho personal.
Este libro contiene un riguroso análisis sobre los elementos que se necesitan para llegar a ser un buen vendedor de ideas, diferenciándolo de forma clara y explícita de aquellos que solo se dedican a la venta de artículos o servicios.
Un texto con el que se pretende ayudar al lector en la comprensión del fenómeno de las necesidades, las razones y los "porqués" de las conductas humanas, con la única finalidad de utilizarlos a su favor para producir dinero en abundancia.
Contiene una exposición detallada de las estrategias para persuadir, seducir y convencer a los compradores, partiendo del conocimiento de sus maneras de pensar y de sus necesidades intrínsecas.
Se advierte que no es un libro de lectura fácil para religiosos, personas de moralidad extrema, ni para quienes piensen que ganar dinero de forma excesiva está mal mientras haya tanta gente en el mundo pasando necesidades.
Suele ocurrir que cuando escuchamos la palabra "vendedor" nos viene a la mente la idea de una persona que anda de puerta en puerta llamando para convencer a la gente de que le compre sus artículos. Es evidente que ese individuo es un vendedor. Sin embargo, la forma de vender que utiliza, comúnmente llamada "de puerta fría", representa mucho menos del 1% del total de ventas que cada día se realiza en todo el planeta, y es, sin lugar a duda, la más dura de todas.
Comencemos por el principio. Definamos el término.
¿Qué es un vendedor?.
Una noción simplista, quizás torpe de esta palabra, nos dirá que es una persona que "vende" algo.
Este planteamiento, exageradamente sencillo, puede servirnos para hacernos la siguiente pregunta:
¿Qué es ese "algo" que vende un vendedor?
La respuesta será por fuerza relativa: "depende". No todos los vendedores venden lo mismo.
Algunos venden artículos, es decir, objetos físicos con utilidades concretas. Es el caso de los supermercados, las farmacias, las mueblerías o las fruterías, por poner algunos ejemplos. Miles de objetos almacenados esperan para ser comprados.
Quizás alguien haya pensado que la palabra vendedor se refería exclusivamente a las personas físicas, y por eso le haya extrañado que hayamos colocado los ejemplos anteriores. No es así. Pueden ser vendedores por igual las personas físicas que determinado tipo de personas jurídicas (las empresas o negocios).