Diego es un agente de policía en el tranquilo pueblo de Monteverde y su labor se caracteriza por la falta de urgencia y la serenidad. Cuando recibe la llamada del empleado de la gasolinera no sabe lo que está a punto de desencadenarse.
Penélope es psicóloga y sólo su amistad con Diego le hace acudir a su llamada a deshoras, ignorante del motivo de la misma. Cuando llega al lugar, se hace cargo de la situación de inmediato. ¿Qué hace una niña pequeña en mitad de la nada, sucia y de aspecto abandonado? ¿Por qué no responde a ningún estímulo? Nadie en Monteverde parece estar en condiciones de asumir el reto que su presencia supone.
Nadie ha denunciado su desaparición. Nadie reclama a la niña sin nombre.
Excepto el hombre del coche negro.
A partir de ese momento, lo que parecía el sencillo caso de un menor perdido se convierte en una carrera para salvar la vida al tiempo que Diego y Penélope tratan de poner a la niña a salvo de quienes les persiguen, disparando primero y preguntando después, de quienes están dispuestos a recuperar a la niña por todos los medios.
Sara no es una niña cualquiera y Penélope lo descubre muy pronto. Gracias a inesperados amigos y a la seguridad de estar haciendo lo correcto, se enfrentará a quien haga falta para conocer la verdad y destapar el terrible secreto que se esconde en el bosque de Monteverde.
Aunque ello pueda costarle la vida.
El libro El silencio de Sara lleva varios años, desde su publicación, entre los 100 más vendidos en Amazon. En papel, ha tenido muy buena aceptación, vendiendo varias reimpresiones de la primera edición con una constante presencia en librerías. En Septiembre sale a la venta la segunda edición.
Aquella sirena era lo que esperaba oír. Ya no había vuelta atrás. Tantos años de duro trabajo culminaron en el preciso instante en que la roja luz de emergencia, girando enfebrecida, rompía la quietud de la noche. Ahora sólo restaba esperar que tanta planificación diera sus frutos y todo saliera según lo previsto. Había elegido esa hora porque la seguridad disminuía un poco. No mucho, solo un poco, pero no se podía pedir más. En un centro de alta seguridad, un poco menos de vigilancia ya era demasiado.
Language | Status |
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English
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Translation in progress.
Translated by Fernanda Salinas Estay
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Portuguese
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Already translated.
Translated by Suelen Araujo
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Author review: Una traductora fantástica, con buenos resultados y en tiempo óptimo. Muy recomendable. |