Tres amigos, azotados por la pobreza y la crisis económica que atraviesa un país entero, deciden arriesgarse y dar un giro de 180 grados a sus vidas, secuestrando al alcalde de su municipio, arriesgando sus vidas por la promesa de un cuantioso rescate.
Sin embargo, a penas logran secuestrar al alcalde y se dirigen a la casa desde la cual planeaban coordinar el cobro del rescate, las cosas comienzan a salir mal, y es entonces cuando se hallan ante la necesidad de tomar una decisión: desistir de sus planes o seguir adelante e intentar lucrarse del alcalde de una forma u otra, mientras los cuerpos de seguridad locales intentan capturarlos.
Persecuciones policiales, homicidios y extorsiones se desarrollan en este breve relato que expone la desesperación de un grupo de jóvenes atormentados por la pobreza y la necesidad.
Genre: FICTION / GeneralThe book was published last week and it already sold a couple of copies in kindle format.
—No, mamagüevo. Pasa hambre por marico. Refresco sí te puedo dar. Dale un vaso de refresco ahí, Angel.
—¿Lo puedo escupir? —dijo Angel.
Eduardo y yo reímos.
—No —dije después con seriedad.
Angel le entregó el vaso a Héctor.
—Ustedes están como el meme mexicano: ese compa ya muerto, nomás no le han avisado —dijo Héctor.
—Sigue soñando, pajúo —dije yo.
—Los voy a buscar hasta debajo de las piedras. Y los voy a encontrar.
—Nosotros vamos a encontrar lo que sea que guardas en esta habitación primero, maricón.
—No hay nada. No guardo nada. Jajaja. Los voy a buscar hasta debajo de las piedras. No podrán esconderse.
Y yo miraba a Héctor reírse pensando si valía la pena meterle un balazo en la frente ahí de una vez y después llevarnos lo que pudiéramos y cupiera en el carro. Y me abstraje por un momento y luego de repente la idea me golpeó como un tiro de una escopeta doble cañón.
—Angel —dije—, dame tu navaja.
Angel sacó su navaja de su bolsillo y pisó el botón para que saliera la hojilla y amagó con clavársela a Héctor en el cuello y eso nos produjo una sonrisa a todos.
Y rápidamente me paré de la silla y clavé la navaja en el cojín del asiento negro donde había estado sentado todo este tiempo comiendo pizza. Y la navaja tocó algo que no era gomaespuma. Y de inmediato volteé a mirar la cara he Héctor y lo que vi era un poema: su expresión era de arrechera e impotencia total.
Language | Status |
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English
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Translated by ACHRAF TRIBAK
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Translated by Marco Pantisano
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