Narra la historia de una niña que a mediados del año 2.012, a sus doce años de edad, emprende un viaje con su padre para conocer su país natal; Venezuela, al que no había tenido la oportunidad de regresar desde que, siendo una bebé, tuvo que emigrar a España.
En su recorrido, se encontrará con una sociedad profundamente dividida por la radicalidad, el odio y el fanatismo político. Conocerá lo que son las desigualdades sociales, la diferencia abismal entre ricos y pobres, las causas y consecuencias de la delincuencia, la inseguridad, la escasez alimentaria, y la idolatría y la exaltación de las figuras de Simón Bolívar, Fidel Castro y Hugo Chávez.
En el contacto con la gente, se enterará de las causas y consecuencias de la historia venezolana reciente, de las razones profundas de los bandos enfrentados, y de los hechos sociales y políticos de mayor trascendencia, extrayendo de ellos sus propias conclusiones. A su vez, intentará aportar, con sus ideas de niña, una salida a la confusión, al odio y a la intolerancia ideológica.
Por otra parte, conocerá, en el lugar de los hechos, la tragedia conocida por el nombre de “La Masacre de Cantaura”, y la relación de esta con los destinos de su propia familia.
La historia está narrada en primera persona por la propia niña, mediante una serie de cartas dirigidas a una amiga de su colegio.
Cuando, a las nueve de la mañana me levanté y fui al cuarto de baño a cepillarme, sentí curiosidad por mirar a ver si el pobre hombre del coche permanecía aun en aquel lugar. Y ¿sabes qué?, aun estaba allí, acostado dentro del coche con los pies para afuera y las puertas abiertas, mientras que el resto de automóviles y personas pasaban a su lado como si nada estuviese ocurriendo. Mucho después del mediodía fue que vino una patrulla de la policía con unos funcionarios que sacaron al hombre del interior del coche, sujetándolo uno por las manos y otro por los pies, lo tendieron en medio de la calzada y le colocaron esa horrible manta blanca que le ponen a todo muerto por encima para que no le vean la cara. Al rato, un coche blanco y gris, con un cajón grande detrás, se detuvo al lado de los funcionarios, y entre dos de ellos introdujeron el cuerpo del hombre muerto en la parte trasera, sin el menor cuidado y delicadeza, al contrario. Lo balancearon para agarran impulso y después lo zumbaron adentro, como si de un objeto o de un animal muerto se tratase. Más tarde, una grúa vino para remolcar lo poco que había quedado del coche, totalmente destruido.
No ocurrió como en las películas, que viene la policía científica a poner una cinta blanca precintando el lugar, echar fotografías, hacer mediciones, preguntar a testigos, ni nada similar.
Querida amiga, como tú comprenderás, lo ocurrido me dejó un amargo sabor de boca, a la vez que una extraña sensación de desconcierto, de confusión. No sé qué pensar...
Quizás, lo mejor sea no pensar nada. No lo sé. No estoy muy segura.
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Italian
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Already translated.
Translated by Jacopo di Carlo
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Author review: ¡Excelente! Todo perfecto, como siempre. 10 de 10 |