Un jovial adolescente iniciará su vida laboral en el Natwest Bank, con tan solo diecisiete años de edad.
Allí conocerá a los que serán sus compañeros de trabajo, y entre ellos a Isabella, una atractiva empleada que lo impresionará de manera muy especial desde el primer momento.
Con el transcurrir del tiempo surgirá entre ambos una fortísima amistad, que dará paso luego a una vorágine de sentimientos contradictorios de los que les será casi imposible escapar.
Les aguarda un camino largo y muy complicado, en el que tendrán que luchar contra sí mismos, poniendo a prueba día tras día los límites de sus propias resistencias emocionales.
Una historia de amor llena de suspenso y emociones desde el primer hasta el último capítulo.
¿Te enamorarías de una persona sabiendo que está con otra?
¿La querrías igual?
Desde el primer día que comencé en mi nuevo empleo, hubo alguien que llamó poderosamente mi atención. Se llamaba Isabella. Era la secretaria del director.
Resultaba muy difícil no reparar en ella. Poseía una larga cabellera de color dorado resplandeciente a contraluz. Su atractivo físico era extraordinario. Tenía una de aquellas singulares y extrañas bellezas que a primera vista causaba fuerte impresión, incluso espanto.
Era una mujer joven, de veintitrés años de edad. Un poco rellenita, "entrada en carnes", como se suele decir. Pese a ello, no era del tipo de las que comúnmente se les suele llamar "gordas". Era más bien compacta, maciza. De carnes duras, firmes.
Su estatura era media, más bien bajita. Medía aproximadamente el metro con sesenta centímetros. Tenía la nariz respingada, los labios rellenos y sensuales, y unos preciosos ojos azules, redondos, líquidos.
Las tonalidades de su piel oscilaban entre el blanco y el rosa.
Su forma de caminar era muy sensual. Unía las rodillas entre sí a cada paso colocando un pie tras otro justo en el centro de su camino, tal y como hacen las modelos en las pasarelas de moda. Aquella singular peculiaridad le hacía resaltar aun más las formas firmes, robustas y sensuales del trasero.
Pocos días después me enteré de algo asombroso; muchos de los clientes que iban al Natwest Bank lo hacían solo para mirar a Isabella de cerca. Tenía decenas de enamorados. Era el objeto de deseo de hombres de todo tipo; solteros, casados, viudos, divorciados, jóvenes, viejos, etc., y de no menos de una mujer. Despertaba una especie de euforia entre la gente, cuando menos sorprendente.
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English
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Already translated.
Translated by Lucía Trovato
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Author review: Buen trabajo. Entregado según lo convenido, en tiempo y forma. ¡La recomiendo! |
