¿Qué tienen en común tres chicas que pertenecen a un club de lectura, un mafioso ruso, un detective del FBI y un domador de caballos?
Rose, Yanira y Marina son tres chicas… ¿comunes? Rose es extrovertida e irreverente, ama la moda y el glamour, tiene un canal de YouTube donde da consejos sobre las últimas tendencias; Yanira es fuerte y decidida, no teme enfrentarse a las complicaciones y siempre tiene una solución para todo, ama la música y es maestra de baile; Marina es tímida e introvertida, siempre pacificadora, trabaja como contable en una compañía de inversiones y aunque odia su trabajo, lo desempeña con la mejor disposición.
Pero entonces, un día, sus apacibles y tranquilas vidas dan un giro inesperado y terminan envueltas en una serie de situaciones que las llevarán a vivir una aventura de aquellas que solo habían leído en sus amados libros.
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Como cada mañana antes de abrir la tienda de moda, Rose, quien era la propietaria, entró a la cafetería. Ese día, como todos, al llegar al mostrador se quitó las gafas de sol y sonrió a Owen, el chico de la caja, quien, como de costumbre la miró con ojos de borrego enamorado. Rose sabía que él tenía sentimientos por ella, pero estaba segura que nunca le daría una oportunidad, contrario a lo que pensaban los demás, ella no entregaba su corazón a cualquiera. Luego de pagar su capuchino se dirigió a su mesa favorita, aquella que quedaba junto a la ventana desde donde podía ver la gente que pasaba y criticar internamente su forma de vestir. Rebuscó en su bolso y sacó el ordenador portátil, lo abrió para escribir una nueva entrada en el blog donde daba consejos de moda. Mientras esperaba su pedido, estaba a punto de comenzar con su escritura cuando una voz profunda y con un marcado acento ruso la interrumpió, levantó la cabeza, molesta, dispuesta a decirle al inoportuno que se fuera, pero sus palabras se quedaron atoradas en su garganta. Frente a ella se encontraba un hombre impresionante, muy alto, cabello negro y unos ojos de un color gris como el del cielo en un día de tormenta, una sombra de barba cubría su atractivo rostro, vestía un traje que a Rose —quien se consideraba experta en moda— no le cabía duda que era de diseñador, en sus labios lucía una sonrisa que decía «soy guapo y no tengo reparos en usarlo a mi favor». Sí, ella conocía muchos hombres como él, se había enamorado de muchos en los libros que solía leer con sus amigas, aunque nunca pensó que alguno saltara a la realidad. Al ver que ella no respondía, le habló de nuevo...
Language | Status |
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Italian
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Translation in progress.
Translated by Milangely Tovar
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