SOBRE CONFUCIO, EL ASESOR
En este libro realizo un ejercicio ficticio donde un gerente del siglo XXI contrata como asesor a Confucio, pensador Chino nacido aproximadamente hace 500 años A.C.
Contraté a este coaching o asesor porque en mi opinión resuelve muchos dilemas éticos y morales que tenemos en el día a día de la gerencia de una típica empresa privada o pública. Confucio fue un genio en su época, en especial porque le toco asesorar a un gobierno en medio de una crisis social que se podría comprar a la actual. Y como buen genio de su época le toco vivir las dos reacciones que tiene la sociedad ante una luminaria como este pensador, lo eliminan o lo exaltan, nunca un término medio.
Otra virtud de tener a Confucio como asesor será la increíble capacidad que tiene de provocar nuevas ideas en la medida que se lee. En la medida que vayan leyendo las recomendaciones que he escrito, tengo la clara intención de que el lector sea capás de crear un nuevo libro en su mente. No importa que pueda ser deformado, malentendido o enriquecido. Porque un libro clásico deber tener justamente esa capacidad de generar nuevas ideas
Genre: BUSINESS & ECONOMICS / Advertising & PromotionEscribí este libro con el fin de transmitir las técnicas de administración de empresas que he aprendido en base al Confucianismo y que son diferentes pero complementarias a las que se enseñan en todas las escuelas de negocio occidentales. Por este motivo, durante todo el libro presentaré un diálogo entre el gerente que escribe este libro y Confucio el asesor. Las ficticias razones a través de las cuales me reuní con Confucio, se presentan a continuación.
Debido a los grandes avances de la tecnología actual, una de las consultoras más grandes del mundo McKinsey and Company acuerda implantarle un chip a uno de sus principales socios. Este chip tiene una característica muy particular, todo el conocimiento del sabio Chino Confucio. El chip fue desarrollado a partir de muestras genéticas de los descendientes de este sabio Asiático nacido hace más de 2.500 años atrás. Una vez puesto este chip en la base de su cerebro, comenzó su viaje a nuestra empresa, porque lo acabábamos de contratar. Dejando esto en claro, describiré las conversaciones que sostuvimos a lo largo de veinte reuniones.
Al llegar a mi oficina por primera vez, me comentó que había leído el diagnóstico que levantó su consultora. Me advirtió que gradualmente respondería mis dudas con diversas ideas para enfrentar las debilidades y amenazas que leyó en el informe. Solo me pidió un poco de paciencia, ya que el efecto secundario de esta tecnología, es la de recibir golpes de ideas que pueden abrumarlo. Por esta razón, habrían momentos del diálogo donde quizás entregaría mucha más información que la solicitada. Es tan grande mi curiosidad gerencial, que antes de consultarle nada, le pedí a Confucio que me cuente de las ideas que recibe desde el chip biotecnológico.
Posteriormente le consulté a Confucio respecto a tomar o no compromisos con un grupo de poder al interior de la empresa, en especial si no tengo mucho tiempo para pensar en las posibles consecuencias negativas. La respuesta no deja de ser interesante. Confucio me dijo que si mis promesas se apegan a objetivos económicos pero que afecten positivamente a los trabajadores, podré cumplir con mi palabra. Si estas promesas no afectan las prácticas normales al interior de la organización, podré mantener mi palabra sin temer que esta tenga efectos negativos posteriores o que no sea respaldada por los miembros del directorio, sus pares e incluso mi círculo más cercanos de colaboradores. Porque el mejor apoyo para lograr cumplir con mis promesas, vendrá principalmente de mi círculo de asistentes más cercanos. Sin este apoyo, será muy difícil cumplir con mi palabra.
Supongamos que ya he logrado demostrar que soy un gerente que cumple con su palabra. ¿Cómo debe ser mi comportamiento para demostrar una honesta disposición para aprender? Confucio me dijo que el gerente debe ser equilibrado en su almuerzos de trabajo. Y aunque mi oficina debe ser cómoda y formal para demostrar la autoridad que represente, esta debe estar decorada sin excesos que me alejen demasiado emocionalmente de mis colaboradores. Debo ser rápido y diligente en cumplir con lo que me soliciten. Siempre demostrar prudencia en cada una de las palabras que le diga a los demás. Y Será muy recomendable que me reúna periódicamente con los trabajadores que tengan valores y conductas morales superiores, respecto del resto de mis colaboradores.
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English
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Already translated.
Translated by Denise Tarud
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Author review: Excelente trabajo |